Málaga

El retorno de la cocaína rosa a la Costa del Sol: así es la 'droga de los ricos'

  • El narcótico que provoca euforia y alucinaciones vuelve a distribuirse por la Costa y deja varias incautaciones El gramo, que dobla el precio de la cocaína, alcanza los 100 euros

Cocaína rosa, la droga que vuelve a estar de moda

Cocaína rosa, la droga que vuelve a estar de moda

Era la droga fetiche de la alta sociedad española. Había llegado en tiempos de bonanza y desapareció con el recrudecimiento de la crisis. Su precio, 100 euros el gramo, prácticamente el doble que el de la cocaína, solo estaba al alcance de los más potentados. El Nexus, que en el argot callejero se conoce como cocaína rosa pero cuya composición química no guarda ninguna relación con ésta, ahora vuelve a distribuirse en las zonas más exclusivas de la Costa del Sol.

Las aprehensiones de este narcótico –que no es sino una modificación anfetamínica– han crecido estos meses coincidiendo con el desconfinamiento derivado de la crisis del coronavirus. Varios de los últimos decomisos se han registrado en Marbella, donde, con más de cinco casos en lo que va de año (el último, hace un par de semanas) ya han saltado las alarmas. “No conocíamos esta sustancia, que llaman cocaína porque se esnifa y se distribuye en polvo pero que es más parecida al éxtasis. Empezamos a investigar y vimos que estaba de moda en fiestas”, explica a este periódico una fuente policial que ha participado en la intervención de distintas partidas de esta droga.

Las cantidades incautadas no han sido baladíes. En una de las incautaciones, la Policía Local de Marbella detuvo a un marroquí de 30 años al que le constaba una orden de búsqueda y detención por parte de la Interpol por narcotráfico. Además de cocaína y pastillas, se le localizaron alrededor de 30 dosis del exclusivo polvo rosa, lo que en el mercado negro se traduciría en unos 3.000 euros. Los investigadores creen que el suyo era un negocio de éxito. Según fuentes próximas al caso, la venta de drogas al menudeo en zonas de ocio nocturno y diurno le generaba cada noche un beneficio de entre 7.000 y 10.000 euros. Una cifra que, calculan, en época estival podría ascender hasta los 150.000 para cualquier traficante que “consiguiera vender casi todos los días”.

Un consumidor, "obsesionado con morder a unos policías"

El mes pasado también se detectó en la capital malagueña. La actuación policial acabó con la detención de un hombre “obsesionado con morder a unos policías”, a los que amenazaba con matarlos. Los agentes que entonces lo arrestaron estaban convencidos de que había consumido esta sustancia.

La exclusividad del Nexus se la da el color rosado. Su consumidor, a diferencia del de la cocaína, que ya se ha extendido pese a que tradicionalmente ha tenido el aura de una droga propia de clases adineradas, siempre se encuentra en las puertas de los locales de mayor nivel adquisitivo. “No está al alcance de todo el mundo sino que se reserva para fiestas privadas de alto estanding”, agrega otro policía de la Costa del Sol que persigue el tráfico de estupefacientes.

En la Axarquía, por el momento, este peligroso narcótico no se ha vuelto a distribuir, pero algunos de los investigadores que en su día lo conocieron lo siguen recordando principalmente por sus “preocupantes efectos”. “Hubo un tiempo en que en algunas zonas de la Costa se movió, pero nunca en el interior. Era una droga que se consumía mucho durante el verano en fiestas de música electrónica”, detalla un veterano policía de Rincón de la Victoria.

Aunque su carta de presentación comenzó siendo en polvo para poderse esnifar, después se sintetizó con idea de prepararse en forma de comprimidos tras haberse detectado “que podía provocar problemas respiratorios”. Los efectos de esta droga sintética, que fue creada en 1974 por el químico Alexander Shulgin, están a caballo entre el estimulante del MDMA (éxtasis) y el alucinógeno del LSD. Pueden durar de cuatro a ocho horas y suponen un cóctel que preocupa a los expertos.

Los peligrosos efectos

El director médico del centro de tratamiento de adicciones Triora MonteAlminara, Enrique Trujillano, también especialista en este tipo de problemas, distingue entre los efectos somáticos y psíquicos que la sustancia puede provocar. Los primeros, similares a los de cualquier estimulante, implican “una activación del sistema nervioso periférico que puede redundar en taquicardias, sudoración y tensión muscular, sobre todo de las mandíbulas” (lo que se conoce como bruxismo), además de un aumento de la frecuencia respiratoria. El cuerpo entra así “en un estado de hiperactivación”, aliñado con la “euforia, desinhibición social y desvanecimiento absoluto de la fatiga” que busca el consumidor.

Como alucinógeno, el Nexus arrastra hacia una “experiencia psicodélica”, que no siempre resulta “placentera”. “Ocurre que los efectos psíquicos varían en función de cada persona y pueden desembocar en trastornos de pánico y alteraciones auditivas o visuales que pueden tener un contenido desagradable”, advierte el director del centro médico de desintoxicaciones de MonteAlminara.

"Viviendo un sueño o en un película"

El especialista se refiere a situaciones “de despersonificación” en las que puede llegar a producirse una “extrañeza en el reconocimiento que la persona hace de sí misma”, lo que se traduciría, por ejemplo, “en mirarse en el espejo y no reconocerse”. Otro de los efectos que han sido constatados por los propios consumidores estriba en la “desrealización”, de manera que el afectado tiene la sensación de que está viviendo en un sueño o incluso que forma parte de una película.

Son muchas las leyendas que encumbran a esta sustancia, pero los estudios desarrollados hasta ahora no reflejan una relación directa con otra peligrosa droga: la caníbal. Puesto que el consumo de la cocaína rosa se limita –todavía– a los fines de semana y la moda se encuentra aún en fase incipiente, los centros de desintoxicación de la provincia que han sido consultados todavía no han registrado ningún caso que haya precisado tratamiento de choque. Pero los responsables ya se preparan para reaccionar ante un estupefaciente con un potencial adictivo que puede resultar “tremendamente nocivo”.

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