Padres del colegio Ramón Simonet de Málaga, ubicado en el distrito Bailén-Miraflores, temen que "pueda ocurrir una desgracia" por el mal estado que presentan los alfeizares de las ventanas. Un problema que, aseguran, lleva acompañando al centro escolar desde hace tiempo. Ya el curso pasado una alumna resultó herida leve durante el recreo al tocar uno de ellos, que se desprendió y le impactó en la cabeza. 

Este pasado fin de semana, y por tanto sin alumnos en las instalaciones, cascotes de dos de estas estructuras que sirven de basamento a los cristales se desprendieron y cayeron al suelo. Esta vez desde una altura mucho mayor. Un segundo y un tercer piso. Algo que sólo causó daños materiales pero que, de haber ocurrido en otro momento, podría "haber provocado un accidente", afirman los progenitores. 

Un caso que, salvando las distancias, recuerda al del colegio Domingo Lozano, situado a poco más de un kilómetro de éste, cerrado por poseer "una cimentación deficiente", según dictaminó un informe de Urbanismo, y en el que se llegaron a apuntalar varias estancias. 

Ante lo sucedido en el Ramón Simonet, la concejala del distrito, María Paz Flores, asegura que desde el Ayuntamiento ya conocían este problema, motivo por el que se reunió el pasado 7 de marzo con la dirección del centro para atajar "estas deficiencias". Tras la caída del alfeizar este fin de semana, desde el Consistorio se tomó la decisión de vallar la zona.

Asimismo, Flores detalla que se ha puesto en marcha un estudio técnico de la mano de Urbanismo para conocer cuántos precisan de una reparación o sustitución. "Pueden ser uno, dos, o más, no sabemos la envergadura". 

Vallas colocadas en el patio para acordonar la zona.

Por su parte, Nacho Sánchez, presidente del AMPA, precisa que tras el primer incidente se procedió a "romper" algunos de los poyetes deteriorados del primer piso. Medida que los padres creyeron insuficiente, toda vez que tras ello aún quedaban otros tantos en semejantes condiciones en su sitio. Tampoco se muestran ahora satisfechos con el vallado, puesto que "el problema sigue sin resolverse". 

Desde el centro educativo se ha optado por extremar las medidas de seguridad, modificando el itinerario de salida de los grupos de tercero y cuarto curso, de forma que eviten las áreas potencialmente peligrosas, una nueva rutina para los escolares que se mantendrá sine die, "ya que depende del arreglo del Ayuntamiento", según se explicita en una circular. 

Entretanto, desde la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía recuerdan que la "competencia de conservación, mantenimiento y vigilancia del CEIP corresponde al Ayuntamiento, sin menoscabo del seguimiento que corresponde y lleva a cabo el servicio de Planificación de la Delegación".