Comienzan a funcionar los contenedores soterrados de Alameda principal y Muelle Heredia
En total, se ponen en funcionamiento 11 islas con 44 buzones en cada punto para vidrio, orgánico, papel y envases
El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga puso hoy en funcionamiento el uso de los nuevos contenedores soterrados de las zonas de Alameda principal y Muelle Heredia. Son los primeros contenedores correspondientes a la segunda fase puesta en marcha por el área.
Se trata de los contenedores situados en plaza de La Marina; calle Tomás de Heredia, esquina con calle Trinidad Grund; Alameda de Colón, esquina con Alameda Principal; Alameda de Colón, esquina con Pasaje Valencia; Alameda de Colón esquina con avenida Manuel Agustín Heredia; Alameda de Colón, esquina calle Pinzón; calle Casas de Campos; calle Pinzón; calle Casas de Campos, esquina con calle Somera; calle Córdoba con calle Duquesa de Parcent; y calle Poeta Alonso Canales, indicaron desde el Ayuntamiento en un comunicado.
Durante la pasada noche, Limasa procedió a la retirada de los contenedores que hasta el día de hoy han funcionado en la zona. En total, se ponen en funcionamiento 11 islas con 44 buzones en cada punto para vidrio, orgánico, papel y envases donde la capacidad de depósito por punto es de 18.000 litros, de los que 5.000 litros se destinan para orgánico, papel y envase y 3.000 litros para los de vidrio.
Con esta nueva infraestructura el Ayuntamiento de Málaga sigue apostando "de forma clara" por una ciudad sostenible y habitable, incorporando un servicio de recogida de residuos diversificado y que ofrece a los ciudadanos una forma "cómoda, limpia y más estética de gestionar sus residuos domésticos", señalaron.
Por otro lado, la puesta en funcionamiento de esta segunda fase de los contenedores soterrados implica un cambio de hábito para aquellos residentes del Centro Histórico cuyas viviendas estén cercanas a los nuevos puntos soterrados. Este sistema está diseñado para permitir y favorecer el reciclado de los residuos, distribuyendo en los distintos puntos de ubicación buzones para la recogida selectiva de los residuos.
Para la ubicación de estos contenedores soterrados se han tenido en consideración, entre otras circunstancias, la distribución de los contenedores en superficie, los puntos fuertes y deficiencias de la actual gestión, las previsiones de crecimiento de la producción de residuos en función de las licencias de obra y actividad concedidas por el Ayuntamiento, maniobrabilidad de los vehículos de recogida de residuos o la accesibilidad de los servicios de emergencias, entre otros aspectos.
Asimismo, se ha mantenido la concentración necesaria de contenedores para la recogida selectiva con el fin de que el vecino tenga a mano un punto-isla donde se pueda depositar todos los residuos que genera con facilidad.
Una de la principales novedades de esta segunda fase se centra en los buzones que han sido diseñados y fabricados específicamente para la ciudad, atendiendo a las necesidades de producción y depósito por indicación del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, homogeneizándose el diseño de todo ello.
Para ello, se han tenido en cuenta aspectos importantes para mejorar y facilitar su uso de cara al ciudadano y garantizar su mantenimiento. Igualmente, se han incorporado correcciones encaminadas a hacerlos accesibles teniendo en cuenta su altura y evitando plataformas elevadas que dificulten el acceso a personas con movilidad reducida.
En concreto, se ha corregido el tamaño de las bocas, que en los buzones actuales se amplía "considerablemente", con objeto de facilitar la entrada de bolsas y residuos de mayor tamaño. Además, se han incorporado amortiguadores y silenciadores para evitar el ruido "molesto" que genera la boca al cerrarse, y se ha incorporado pintura antigrafitis y un material reforzado para evitar daños causados por actos vandálicos.
Cada uno de los buzones están perfectamente identificados con paneles frontales indicando qué tipo de residuo se debe depositar. La capacidad de la tolva supera los 90 litros, aseguraron.
Por su parte, la cuba que es la parte que queda oculta y enterrada bajo el buzón está realizada en acero al carbono, galvanizado en caliente con un fondo constituido por una doble tapa de acero al carbono galvanizado dotada de un receptáculo, capaz de almacenar en torno a 150 litros de lixiviados. Encima de la cuba y como tapa de cierre se coloca una estructura atornillada a modo de remate.
Esta nueva actuación municipal prevé una inversión de 1,7 millones de euros e incluye la instalación de 56 nuevas ubicaciones de soterrados con un total de 230 contenedores de vidrio, envases, cartón y orgánica con una capacidad de depósito por residuos de 289.000 litros para materia orgánica, 215.000 litros para envases, 265.000 litros para papel y cartón y 135.000 para vidrio.
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