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Coronavirus Málaga: Confinados en el camping

  • El decreto obliga al cierre de todos los alojamientos turísticos pero permite algunas excepciones para clientes de largas temporadas

Imagen de uno de los camping de la provincia de Málaga actualmente cerrado.

Imagen de uno de los camping de la provincia de Málaga actualmente cerrado.

Cualquiera podría pensar que el mejor estado de confinamiento podría hallarse en un camping por aquello de encontrarse al aire libre y relacionarse con otras personas en las zonas comunes. Sin embargo, estos establecimientos turísticos siguen estrictas normas de seguridad que impiden el uso de servicios complementarios, pasear por sus calles o alojarse en caravanas, autocaravanas o tiendas de campaña.

Como una excepción al decreto de estado de alarma, los campings han podido mantener a los clientes que tenían de larga estancia dado que no podían volver a sus países de origen o porque no tienen ningún domicilio fijo. "Cuando el Gobierno decretó el estado de alarma recibimos una circular para que los clientes abandonaran las instalaciones en un plazo de siete días. Muchos se fueron, pero el drama llegó con muchas familias que no tenían donde ir", explicó Emilio Domingo, presidente de la Asociación de Empresarios de Camping de la Costa del Sol.

"La mayoría de nuestros clientes son extranjeros jubilados que tenían que conducir 2.000 ó 3.000 kilómetros para llegar a su países de origen sin tener posibilidad de parar para descansar o ducharse. También encontramos otros que no tenían domicilio ya que son personas que viven cambiando de destino por temporadas", señaló el también propietario del Camping Valle Niza. "La solución fue alojarlos en bungalós y en casas prefabricadas porque el estado de alarma no permite otro tipo de alojamientos que requiera del uso de servicios comunes", añadió Domingo.

Así, están cerrados los baños, la lavandería, la barbacoa o el fregadero. Tampoco están abiertos los parques infantiles, el gimnasio o el restaurante. Un guarda de seguridad vigila que las familias no se interrelacionen ni paseen por las calles. En algunos está abierto el supermercado y en otros tienen horarios establecidos para hacer la compra. "Nadie que no sea un cliente de larga estancia puede entrar en el recinto. El camping está cerrado y el confinamiento es absoluto", aseguró Domingo, que en el caso de Valle Niza ha impuesto “estrictas medidas de seguridad que todos nuestros clientes están cumpliendo". "Ahora mismo el camping no es un lugar de vacaciones", sentenció.

La Asociación de Empresarios de Camping de la Costa del Sol cuenta con dieciocho establecidos asociados que suman 10.800 plazas. Alrededor de una decena de ellos acogen estos días a clientes de larga duración por lo que mantienen a alrededor de 350 personas confinadas. La mitad de ellos están en seis campings de la Axarquía. Esta comarca computa 3.000 plazas.

Cerca de una decena de campings acogen a 350 personas confinadas, clientes de larga duración

En el camping El Pino de Torrox hay actualmente 58 familias confinadas. La mayoría también son parejas de jubilados extranjeros. Predominan los ingleses, alemanes, franceses y holandeses. "Al principio fue complicado porque las órdenes iban cambiando y nuestros clientes se quedaron perplejos cuando les dijimos que teníamos que cerrar. Afortunadamente teníamos bungalós para alojar a los de larga estancia que no tenían donde ir", explicó Valero Jiménez, propietario del camping El Pino.

"Debido a la situación provocada por el coronavirus, este establecimiento permanece cerrado hasta que el Gobierno y el Ministerio de Sanidad lo autorice", es el mensaje común que salta en el contestador de la mayoría de estos establecimientos turísticos. Cuando sus trabajadores lo activan, lo que saltan son cancelaciones. "En una semana los clientes fueron desalojando y llevándose sus caravanas. Había casi un centenar de personas. Una pena, pero hay que acatar las órdenes", lamentó Carlos Porras, responsable del camping Laguna Playa de Torre del Mar.

"Todos los días registro cancelaciones. No sabemos cuándo podremos abrir ni en qué condiciones. Hemos perdido la Semana Santa, los fines de semana de primavera y se están cancelando todas las reservas de junio. Sí se mantienen, las de julio y agosto. Parece que éstas se están aguantando", indicó. Una preocupación extensible al resto del sector turístico de la provincia.

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