Coronavirus en Málaga: Cuando el último adiós queda pendiente

El gabinete psicológico de Parcemasa destaca el drama que supone para muchos familiares no poder despedirse de sus seres queridos

Imagen del cementerio de Parcemasa
Imagen del cementerio de Parcemasa.
Sebastián Sánchez

07 de abril 2020 - 06:40

Málaga/El COVID-19 mata doblemente. Su destrucción se deja sentir en los cuerpos de quienes no son capaces de soportar su envite, pero también en los espíritus y mentes de aquellos que les sobreviven. Familiares y amigos azotados por el drama de la pérdida y obligados a renunciar a la liberadora despedida del ser querido.

El estado de alarma vigente desde hace ya tres semanas fija fuertes restricciones para el duelo y los entierros de quienes fallecen como consecuencia del coronavirus. Si antes la despedida suponía el acompañamiento masivo de la víctima, ahora se convierte en un acto en muchas ocasiones en soledad.

"Lo que ocurre es que las familias no pueden comenzar el duelo con la despedida inicial, que es lo natural, lo deseable y lo digno", explica José Luis Cortés, responsable del Grupo de Orientación y Apoyo Psicológico de Parcemasa (Parque Cementerio de Málaga ). "Sólo pueden asistir como mucho quien oficia y un máximo de tres personas más", apunta.

Incluso con esta posibilidad, no es raro ver estos días en las instalaciones del principal cementerio de la capital sepelios e incineraciones a los que ni siquiera acuden los más allegados. "Es normal, porque hay que tener en cuenta que esas personas están en cuarentena, con lo cual no puede salir de la casa".

Un rasgo más de lo deshumanizado del virus que ahora todo lo toca. "Sé de amigos míos que no han podido ir porque su padre ha fallecido por COVID-19 y están en cuarentena", confiesa José Luis, quien en los catorce años que viene trabajando en este sensible y crucial servicio de acompañamiento no recuerda nada parecido. "Hemos tenido víctimas de Sida, de Gripe A, de la enfermedad de las vacas locas; situaciones duras para los trabajadores, pero con confinamiento ninguno".

José Luis Cortés, responsable del gabinete psicológico de Parcemasa

"Sé de amigos míos que no han podido ir porque su padre ha fallecido por COVID-19 y están en cuarentena"

Y es ahí donde está la clave de esta pandemia. "Esta situación en la que se no se puedan despedir, salir o entrar nunca la hemos tenido", insiste este experto, quien trata de lanzar un mensaje de sosiego y tranquilidad para quienes soportan esta desazón. "Tienen que pensar que es un sacrifico que después habrá que recuperar; el hecho de no poder despedirse de un familiar es algo supertraumático; de hecho un duelo que puede no ser traumático se convierte en traumático porque no se ha comenzado a despedir y estás en una situación de indefensión".

En esos momentos de ausencia, Cortés pone en valor la importancia del trabajo que estos días hace el personal de Parcemasa. "Es importante llamar a los familiares para decirles que el fallecido ha estado acompañado, para que se queden tranquilos y que sepan que aunque ellos no han podido estar, el proceso se ha hecho en la forma más digna posible", destaca.

El valor de ese último adiós, a juicio de los expertos, es trascendente. "Es el momento en que tomas certeza de la despedida real, cuando le hablas, cuando lo tocas, cuando le das un beso; ése es el momento que más gestionamos habitualmente, porque permite a la familia aliviarse". Sin embargo, ahora ese paso está "hibernado". Ante esta situación, insiste en explicar a los familiares que en su ausencia, son los sanitarios los que "se han despedido por ellos” y que de manera recíproca son ellos los que han recibido ese último abrazo que iba destinado a la mujer y a los hijos de quien pierde la vida.

"El objetivo es bajar o mitigar los niveles de ansiedad", apostilla. Una labor que en otras circunstancias se haría presencialmente se tiene que hacer ahora por medio del teléfono y las videollamadas. "Llamamos a las familias, las escuchamos", dice. Incluso, para cuando el efecto de la pandemia haya remitido y el estado de alarma se haya levantado, Parcemasa ya contempla la posibilidad de que todos los afectados celebren ceremonias civiles en las que formalizar esa despedida pendiente. Una iniciativa a la que se sumarán otras en el Jardín del Recuerdo recordando a todas las víctimas.

El servicio atiende llamadas de sanitarios y cuidadores, "que tienen miedo a llegar a una casa y transmitir porque su trabajo es de riesgo"

El trabajo del gabinete psicológico de Parcemasa no se limita a la atención a familiares de los fallecidos. También son muchas las llamadas que atienden de "sanitarios, cuidadoras de personas mayores, trabajadores de residencias… Personas que tienen miedo a llegar a una casa y transmitir porque su trabajo es de riesgo", explica. Supuestos en los que se desarrolla una atención virtual en la que "realizamos actuaciones que incluyen ventilación emocional, técnicas de relajación, pautas de actuación a nivel cognitivo, proponiendo cambios de rutina".

Aunque sin poner números a los enterramientos o incineraciones relacionadas con el coronavirus, el responsable del gabinete psicológico de Parcemasa detecta un descenso apreciable en los últimos días, lo que vendría a demostrar la validez de las medidas de confinamiento. Pero incluso llegado el día en que las puertas de las viviendas vuelvan a abrirse y la actividad resurja, la herida provocada por el coronavirus quedará para siempre.

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