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El Cottolengo será gestionado por una institución diocesana
El Obispado anunció ayer la decisión y explica que la residencia seguirá funcionando con el apoyo de los voluntarios y de Cáritas
Una institución diocesana ha sido finalmente la fórmula que ha ganado más peso para hacerse cargo de la casa de acogida de la capital de la Congregación Sagrado Corazón de Jesús, el Cottolengo. El Obispado de Málaga lo anunció ayer mediante un comunicado, sobre el que evitó realizar ninguna matización posterior, aunque en el mismo no se aclaraba la institución de la que se trata.
La congregación, el Obispado y el Ayuntamiento de Málaga, en la búsqueda de la continuidad de la residencia, valoraron la posibilidad de que una institución diocesana o la asociación que los voluntarios que trabajan en el centro pretendían constituir se hiciera cargo de la gestión del Cottolengo. La primera de las opciones es la que finalmente las tres partes implicadas han decidido como la más adecuada y así lo reflejó ayer el Obispado en el escrito enviado a los medios, en el que exponía que la propuesta había sido bien acogida en la última reunión mantenida entre el vicario episcopal para la Acción Caritativa y Social, Gabriel Leal; el concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares; la hermana María Isabel Gaztelu, miembro de la congregación religiosa; y Luis Merino y Miguel Ángel Orellana, como representantes del grupo de voluntarios del centro.
Falta por concretar el nombre de la institución diocesana que se encargará de la gestión de la casa de acogida y cuándo comenzará a hacerlo, ya que la mayor parte de los 28 internos que vivían en las instalaciones de San Andrés han sido desplazados a otras provincias tras el anuncio del cierre; por lo que al no concretarse la medida los familiares desean su regreso a la mayor brevedad. Lo que sí se concreta es que seguirá contando con el apoyo de la hermana de la congregación María Isabel, "de los voluntarios que quieran seguir colaborando y de Cáritas diocesana de Málaga", consta en el comunicado.
El pasado 18 de abril la institución benéfica del Sagrado Corazón de Jesús anunció públicamente que "por falta de vocaciones", cerraba la casa de Málaga (Cottolengo), así como otra en América, una decisión en la que el Obispado matizó que no había participado. Fue entonces cuando se empezaron a barajar posibles fórmulas para su continuidad y para seguir cumpliendo con la finalidad original, "servir a los más pobres y necesitados, que no tienen cabida en otros centros".
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