Málaga

Cultura expresa sus reparos a la apuesta de Málaga por ampliar el Pepri Centro

  • Discrepa de que se proponga incluir en la nueva delimitación la zona de El Ejido y propone tomar en consideración otras zonas

  • La innovación urbanística impulsada por el Ayuntamiento recibe el aval medioambiental

Vista área del Centro histórico de Málaga.

Vista área del Centro histórico de Málaga. / Javier Albiñana

La apuesta del Ayuntamiento de Málaga por ampliar el ámbito del Plan Especial de Reforma Interior (Pepri) del Centro, actualmente acotado a la zona de la almendra, se encuentra con numerosas observaciones y objeciones por parte de la Junta de Andalucía. En especial por parte de la Delegación de Cultura, si bien desde Medio Ambiente también se realizan algunas demandas a formalizar.

Aunque la innovación del PGOU propuesta por el equipo de gobierno, validada por la Junta de Gobierno Local a finales de 2018, acaba de superar con éxito el informe ambiental estratégico, lo hace con la necesidad de realizar importantes ajustes en su contenido. Especialmente llamativo es el pronunciamiento de Cultura en su informe a la propuesta municipal.

De inicio, aunque acepta la alternativa elegida por los técnicos municipales para formalizar la extensión del Pepri Centro, discrepa de ella. El Ayuntamiento apuesta por la solución 2, en la que se plantea incorporar "barrios históricos periféricos que por sus características morfológicas de parcelación y por su arquitectura también son merecedores de protección".

Y ello supone una extensión clara en la zona oeste de la capital, alcanzando barrios ubicados a la otra orilla del río Guadalmedina, y en el extremo oriental "con la incorporación de, entre otros, la totalidad de Monte Gibralfaro; en la parte sur, al incluirse La Malagueta, y en la parte norte, donde se añaden barriadas como El Ejido o Capuchinos".

Cultura, en su informe de 10 de febrero pasado, consideraba más adecuada la alternativa 1, que proponía incluir "zonas de evidente valor patrimonial como el barrio de la Fontanalla o el entorno de la Iglesia de San Felipe Neri". En dirección al Este afectaba al Paseo de Reding, la Plaza de Toros, la Avenida de Pries y el Paseo de Sancha, mientras que por el Sur excluía el sistema general del puerto, el colegio público García Lorca y el centro de salud Alameda-Perchel.

A ojos de los técnicos autonómicos esta solución era "más idónea" por su "calidad de objetivos y sencillez de su planteamiento". A pesar de ello, asume la alternativa 2 seleccionada por Urbanismo. Aunque en la misma detecta "algunas incoherencias" relacionadas con el criterio de selección de las áreas que se incorporan al ámbito.

De manera detallada habla de la exclusión de los complejos religiosos de los crecimientos extramuros de los siglos XV-XVII, periodo en el se fundan varios conventos ubicados extramuros en torno a los cuales van consolidándose los primeros crecimientos urbanos de la ciudad histórica, citando el complejo monástico Mínimo/Santuario de la Victoria (ya incluido en el Pepri vigente), los conventos de la Trinidad, Santo Domingo, San Andrés y Capuchinos.

"De la consolidación de estos primeros crecimientos históricos resultaron los barrios de la Trinidad, Perchel y Capuchinos, cuya inclusión en el nuevo ámbito resulta obligada, como también lo es la inclusión de los propios complejos religiosos impulsores de estos crecimientos históricos extramuros, máxime cuando en ellos se acumulan valores culturalmente protegidos", se precisa en el informe, en el que se aboga por incluir dentro del nuevo ámbito el Convento de la Trinidad y el complejo formado por el Convento de San Andrés e Iglesia del Carmen.

También alude a la exclusión de zonas básicas de los crecimientos urbanos del siglo XVIII en la margen occidental del Guadalmedina, prosiguiendo por la actual calle Cuarteles, la margen sur del Camino de Antequera, los aledaños al sur del Convento de la Trinidad. "Son todas estas zonas que deberían incorporarse, igualmente, al ámbito que se delimita", agregan desde Cultura.

Los técnicos autonómicos van a más, subrayando el peso que zonas como Cristo de la Epidemia, el Camino de Antequera y El Bulto tuvieron en el crecimiento de la ciudad durante el siglo XIX, teniendo "gran calado patrimonial, claramente relacionados con infraestructuras históricas, como es el caso de la Alameda de Capuchinos, cuya expansión no se entendería sin el BIC Acueducto de San Telmo". "Resulta incoherente la inclusión de otras zonas equiparables a éstas en cuanto a su calado histórico y urbano, como el barrio de La Malagueta, y la exclusión de las que se citan", señalan.

Por último, cuestionan la decisión municipal de plantear la inclusión del distrito universitario de El Ejido, "que en ningún caso se trata de un barrio histórico como se le adjetiva, resulta difícilmente explicable al tratarse de lugares con escaso arrastre histórico ni urbano". "Esta incorporación de crecimientos contemporáneos requeriría una justificación ex-profeso; también convendría incorporar un somero análisis para tipificar qué valores son objeto de protección", insisten desde Cultura.

Por todo ello, el departamento autonómico reclama "un mayor grado de armonización entre los objetivos de la innovación y el mantenimiento de los valores culturalmente protegidos, debiéndose determinar si la incorporación de barrios históricos va a realizarse siguiendo un criterio secuencial histórico –en cuyo caso se requerirían algunos ajustes para incorporar algunas zonas excluidas – o si responderá a un criterio netamente morfológico, en cuyo caso ha de reformularse la justificación genérica de la innovación".

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