Análisis

Dana Leonte, caso sin resolver

El novio de Dana Leonte a su salida de la cárcel de Albolote.

El novio de Dana Leonte a su salida de la cárcel de Albolote. / Pepe Torres / Efe

Sergio Ruiz es, hasta ahora, el único sospechoso por la muerte de Dana Leonte, la joven de Arenas que su novio dio por desaparecida el 12 de junio del año pasado. Él sigue defendiendo su inocencia e implorando su regreso pero el 2 de octubre de 2019 la delegación del Gobierno en Málaga confirmó que fue asesinada presuntamente por su pareja sentimental. Se convirtió en la víctima número 46 por violencia de género.

Cuatro días antes, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Vélez-Málaga, a petición de la Fiscalía, decretaba el ingreso en prisión de Sergio Ruiz, por un presunto delito de homicidio. La Guardia Civil había encontrado restos óseos en las inmediaciones de la vivienda en la que residían en este municipio axárquico. Éstos fueron analizados por el Instituto de Medicina Legal que determinó que se trataba de un fémur. El ADN delataba que eran de Dana Leonte. Esto fue lo que precipitó la detención de su pareja sentimental que ha permanecido en prisión hasta el pasado martes, cuando pagó la fianza de 8.000 euros impuesta por la Audiencia Provincial.

En noviembre, la Sección Primera de Málaga ratificó la prisión provisional acordada para el novio de Dana Leonte rechazando el recurso de apelación presentado por su abogado, Juan José Moreno contra la decisión del Juzgado número 1 de Vélez-Málaga de decretar su ingreso en la cárcel. El auto recogía que existía “una base indiciaria lo suficientemente sólida” por lo que entendía que concurrían “indicios fundados de la comisión de un presunto delito de homicidio doloso”.

Está por determinar el momento, el lugar y la forma en la que la joven fue asesinada

La defensa continuó solicitando la libertad provisional para Ruiz y aunque los magistrados de la Sección Octava decidieron mantener la prisión, sí fijaron una fianza de 25.000 euros. El auto determinaba que “había que compatibilizar el derecho a la libertad con el resultado actual de las investigaciones”. La Audiencia explicaba que las diligencias practicadas “apuntaban la sospecha de que ha podido ser el investigado el autor de la muerte de Dana, sin embargo, éstas son circunstanciales”. Además, indicaban que tras más de seis meses de investigación policial y judicial, seguía sin quedar claro “el momento, lugar y forma en la que la joven rumana perdió la vida”. “Los indicios, por sólidos y argumentados que aparezcan, permiten una sólida sospecha, pero no una aceptable seguridad sobre la autoría de la muerte”, recogía el auto.

Con esta base, su abogado siguió insistiendo en la libertad provisional de su defendido, llegando a conseguir la rebaja de la fianza a 17.000 euros, y a 8.000 euros, cantidad con la que ya ha conseguido salir de la prisión de Albolote, a la espera de juicio.

Dispositivo de búsqueda de Dana Leonte. A la derecha, la joven desaparecida. Dispositivo de búsqueda de Dana Leonte. A la derecha, la joven desaparecida.

Dispositivo de búsqueda de Dana Leonte. A la derecha, la joven desaparecida.

Y son precisamente “esos indicios”, que no pruebas, y el tiempo transcurrido de investigación, lo que ha llevado a la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vélez-Málaga a pedir los agentes de la Guardia Civil que se ocupan del caso que aporten “a la mayor brevedad posible” el informe de geolocalización de los teléfonos. También el informe definitivo de los restos óseos de los que se encarga el Instituto Medicinal Legal de Madrid, ya que como recordó su abogado, el que existe es “provisional”.

Se refiere al fémur enterrado en las inmediaciones de la vivienda de Arenas que encontró un perro, y que el Instituto de Medicina Legal de Málaga determinó que era de la joven de 31 años. Además ha pedido el estudio morfológico de otros restos hallados durante las batidas.

Con respecto a la ubicación de los teléfonos móviles, la jueza requiere el informe que determine si en el momento en el que se podría haber producido el asesinato, Dana y Sergio estaban juntos a tenor de sus dispositivos. También relacionados con éstos, el letrado reclama la apertura de otra línea de investigación basada en un estudio de parte que determina que los mensajes fueron escritos por una tercera persona.

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