Dani Garcia | Premios Malagueños de Hoy

Preparado para tocar las estrellas

  • El cocinero marbellí Dani García se retirará de la alta cocina en 2019 tras alcanzar la máxima distinción en la gastronomía por su restaurante en Puente Romano

El cocinero malagueño Dani García posa en los salones del hotel Vincci Posada del Patio de Málaga, donde se celebró la gala de los premiados.

El cocinero malagueño Dani García posa en los salones del hotel Vincci Posada del Patio de Málaga, donde se celebró la gala de los premiados. / Javier Albiñana

Muchos sueñan con llegar a lo más alto pero pocos alcanzan la cima. Dani García es de esos que no le temen a las alturas y durante los últimos veinte años no ha hecho más que escalar, con algún que otro alto en el camino y vista atrás para coger impulso, hasta tocar las estrellas. El pasado 21 de noviembre alcanzó, al fin, la cúspide. Es la fecha que pasará a la historia como el día en que se hizo con la más alta distinción en la gastronomía, 18 años después de su primera estrella Michelin, llevando el nombre de Marbella y por ende, el de Málaga, a la élite de la gastronomía a nivel mundial. De ahí que este periódico le haya querido reconocer, por segunda vez, con el premio Malagueños de Hoy 2018.

Encontró su vocación entre los fogones mientras estudiaba en La Cónsula, a la que años más tarde ha defendido fervientemente ante la situación de inestabilidad que atravesó el centro. De ahí saltó a la cocina de Martín Berasategui y desde entonces su vida profesional siempre ha estado ligada a la alta cocina. Hasta que en 1998 recibió en el restaurante rondeño Tragabuches su primera insignia, y cuenta que el propio Juan Mari Arzak le llamó por teléfono para felicitarle. Sin duda ya había sentado las bases de la revolución de la cocina andaluza.

A partir de la próxima temporada convertirá Dani García en un asador de carne

Su segunda estrella llegaría años más tarde a Calima, donde alcanzó su madurez como cocinero, siendo uno de los primeros en utilizar nitrógeno líquido en sus platos. Sin embargo, el fracaso también forma parte del éxito y no todos los negocios fraguaron de la misma manera. Tras el cierre de Calima en 2013 con dos estrellas Michelin, en 2014 abandonó el sueño americano con el cierre de Manzanilla en Nueva York, fruto de las malas alianzas. “Es difícil asumir que con dos estrellas uno quiera tirar la toalla pero pensé en dejar la cocina”, aseguró el chef en una reciente entrevista a este periódico.

Pronto llegaría el cambio y abrió en el hotel Puente Romano de Marbella BiBo, un concepto de bistro informal, y Dani García Restaurante como establecimiento de alta cocina, recientemente galardonado con la tercera estrella Michelin, la más alta distinción en la gastronomía, alcanzando así su sueño. A este le han seguido otros éxitos menos elitistas como Lobito de Mar, su apuesta más cercana y al que elegiría de entre sus restaurantes para ir a comer el domingo con su familia, o incluso su hamburguesa para McDonald’s. Pero, ¿qué hay más allá de la cima?

"Alcanzado este sueño, llevaré mi visión de la gastronomía a todos los rincones y públicos del mundo”

“Toca reflexionar”, apuntaba tras recibir la máxima distinción. Lo que hasta hace unos días no sabíamos es que él ya tenía claro, desde hace tres años, que llegado este momento tomaría posiblemente la que sería la decisión más difícil de su carrera:abandonar la alta cocina. Así es como, veintidós días después de recibir la tercera estrella Michelin por su restaurante en Puente Romano, reunió a su equipo para comunicarle que 2019 sería la última temporada de Dani García, local que pretende convertir en un asador de carne. Yuna nueva fecha aparece en el calendario del marbellí, un nuevo punto de inflexión:el 22 de octubre de 2019 será el momento de echar el cierre de este “sueño” que se congela en su punto álgido.

Pero aún quedan diez meses de duro trabajo por delante. “Alcanzado este sueño, llevaré mi visión de la gastronomía de Andalucía a todos los rincones y públicos del mundo”, anunciaba a través de su cuenta de Instagram el pasado martes. “Nos ha costado 20 años llegar aquí, de sufrimiento, de penas, de todo. Lo que hemos hecho aquí eso no lo vamos a volver a vivir, aunque quisiéramos jugar a tener más estrellas en el mundo. Como hemos sufrido y trabajado, eso no se va a volver a repetir, se va a quedar en el corazón y en el recuerdo siempre”, comentaba.

Dani García se siente más cocinero que nunca y se prepara para iniciar una nueva etapa lejos de los focos y de la presión de la primera línea de la alta cocina, donde sus platos puedan llegar a más gente al mismo tiempo y a precios más económicos.

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