El gesto que le viene reclamando el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, al Gobierno central para consolidar sus aspiraciones para que la capital opte a organizar una Expo Internacional en el año 2027 se sigue haciendo esperar. Y el tiempo pasa.

Según pudo saber este periódico, más allá de los escritos que tiempo atrás se cruzaron el Consistorio y la Administración central, así como las conversaciones telefónicas mantenidas, sigue sin haber un pronunciamiento oficial y público de los representantes del Ejecutivo en favor del deseo de Málaga de iniciar esta carrera.

De acuerdo con las fuentes consultadas, esta circunstancia no genera, de momento, inquietud en la figura del mandatario local, pero la realidad es que los plazos corren. La demora es de mayor calado si se tiene en cuenta que ya el pasado mes de octubre el deseo municipal era el de contar con un compromiso público de las diferentes instituciones públicas antes de haber finalizado 2020.

De acuerdo con el calendario manejado, en junio debe producirse una confirmación oficial por parte del Gobierno respecto a la solicitud de Málaga. Pero antes se esperaba un movimiento simbólico que reafirmase las posiciones de la ciudad.

La última vez que De la Torre se pronunció sobre este asunto fue a mediados del pasado mes de enero, en el marco de un acto en el que el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, firmó un documento de adhesión y apoyo a la candidatura de Málaga. Un movimiento con el que se buscaba visualizar el aval con el que cuenta el proyecto de la ciudad.

En esa ocasión mostró su deseo de contar "pronto" con una respuesta formal del Gobierno. Un mes antes, en la presentación de un informe económico elaborado por Analistas Económicos de Unicaja Banco, De la Torre hablaba de la existencia de contactos con el Ejecutivo y llegaba a valorar de "cordial y colaborativa" la disposición expresada por responsables de la Administración central.

El papel del Gobierno en este asunto es clave. Porque más allá del deseo del Ayuntamiento de ir adelante con su pretensión de ser sede de este evento internacional, para lo que incluso ha habido encuentros con la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE), es el Consejo de Ministros el que tiene que confirmar la intención de España de formular una candidatura y que la sede de la misma sea Málaga. Por el momento, que se sepa, es la única urbe interesada.

La ausencia de este acercamiento definitivo parece frenar también otro asunto ciertamente esencial para el buen desarrollo de la Expo: la disposición de los terrenos. Hace ahora algo más de un año se informó de la existencia de un acuerdo con la Entidad Estatal de Suelo, Sepes, para que, a cambio de una serie de parcelas para VPO en el sector Universidad, el Ayuntamiento recibiese parte de los terrenos de uso empresarial sobre los que se plantea este evento.

Sin embargo, el consenso existente sigue sin estar rubricado entre las dos partes. La fórmula elegida implica que el Ayuntamiento pagará al Gobierno con varias fincas valoradas en unos 13 millones de euros y sobre las que se permite la ejecución de 434 pisos a precio asequible. En contraprestación, Sepes entregará unos 500.000 metros cuadrados en la zona de Buenavista.avista.