Málaga

Educación estima innecesarios los filtros para purificar el aire de las aulas

  • Comprar un equipo HEPA para cada una de las 14.270 unidades de Málaga costaría unos 2,8 millones

  • El protocolo de Salud no obliga a tener la ventana abierta toda la mañana pero sí a ventilar varias veces

Una clase de Primaria en un colegio público.

Una clase de Primaria en un colegio público. / Marilú Báez (Málaga)

Desde que volvieron las clases presenciales, las ventanas en las aulas no se han cerrado. Mantener el virus a raya depende mucho de la correcta ventilación de las aulas, en las que pasan entre cinco y seis horas grupos de hasta 30 personas. Pero el frío empieza a notarse y se hace cada vez más difícil mantener la entrada natural de aire.

Ante las recomendaciones de expertos en prevención de riesgos laborales, las asociaciones de madres y padres de un buen número de centros han planteado comprar filtros HEPA para purificar el aire de la estancia sin tener que tener constantemente abierta la ventana.

Sin embargo, se están encontrando con la reticencia tanto de equipos directivos como de la administración. La Consejería de Educación, por su parte, no estima que sean necesarios dichos purificadores y no tienen previsto, de momento, invertir en ellos.

De hecho, apuntan a que parece muy extendida la teoría de que las ventanas tienen que estar abiertas en todo momento y eso no es lo que dice el protocolo de la Consejería de Salud y Familias en cuanto a ventilación. “La ventilación de las aulas y espacios comunes deberá de realizarse de forma natural varias veces al día, con anterioridad y al finalizar el uso de los mismos”, recoge el documento.

Y subraya que “se recomienda aumentar la frecuencia de renovación de aire natural de las aulas, intentando a la vez no crear corrientes fuertes de aire, en caso de ventilación mecánica hay que aumentar la frecuencia de la renovación de aire externo, no usando la función de recirculación”.

Igualmente, el texto indica que las aulas deberán ser ventiladas por espacio de al menos 5 minutos antes de su uso y, cuando se puedan mantener ventanas abiertas, se establecerá una pauta de ventilación periódica, por ejemplo en los cambios de clase.

El protocolo advierte de que los ventiladores pueden ser una fuente de dispersión de gotículas, por lo que no son recomendables. Y pide la desinfección y limpieza de los equipos de aire acondicionado sin son necesario usarlos.

Para Francisco Javier Pérez estas medidas son insuficientes. El profesor malagueño y experto en prevención de riesgos laborales señala que los aerosoles de una persona infectada pueden durar hasta tres horas en el aire y recomienda mantener una ventilación constante, dejar la hoja de la ventana abierta siempre al menos 8 centímetros y abrir por completo en el cambio de asignatura durante al menos 15 minutos para que haya una regeneración completa del aire.

“En aquellos sitios donde las condiciones sean totalmente adversas, habrá que combinar la ventilación con la filtración, con filtros HEPA”, dice el docente. Estos aparatos pueden costar casi 200 euros, por lo que la inversión es elevada. En Málaga hay 14.270 unidades. Comprar equipos para todas supondría unos 2,8 millones.

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