"España es uno de los cinco ejes criminales en la UE por su situación geoestratégica"

La Unidad de Cooperación Judicial de la Unión Europea (Eurojust) tiene por primera vez en su vicepresidencia a un español, el fiscal Francisco Jiménez-Villarejo, que destacó que "el proyecto de creación de una Fiscalía europea es un proyecto revolucionario". Jiménez-Villarejo (Málaga, 1962) ocupa ese puesto desde octubre de 2013, una posición desde la que considera que se le da "visibilidad" al papel de España en Eurojust, que tiene sede en La Haya.

-Supongamos que el proyecto de creación de una Fiscalía europea, uno de los temas más candentes en el panorama futuro de la UE en materia de justicia, se hace realidad. ¿Cómo funcionaría y por qué es novedosa?

-Si el reglamento sale en los términos en que está, la Fiscalía europea va a ser como un injerto en el sistema de administración de Justicia de los 28 Estados miembros, por eso es tan novedoso, tan revolucionario (...) y va a ser muy estimulante para promover la independencia de las Fiscalías de los Estados miembros. (...) Solamente tendría competencias sobre investigaciones de delitos relacionados con la protección de los derechos financieros de la UE, que están muy desprotegidos. Además, se va a establecer por primera vez una administración de justicia a nivel europeo.

-De consolidarse, ¿qué relación tendría la Fiscalía europea con Eurojust?

-Eurojust tiene una función básica que es la cooperación. No tiene asuntos propios, es legataria de los asuntos de las autoridades nacionales. Va a tener una función auxiliando no solo a terceros Estados (de fuera de la UE) sino también a aquellos Estados de la UE que no formen parte de la Fiscalía.

-¿Cómo es el papel de España en Eurojust?

-Somos el país más requerido de cooperación en toda la UE. Es realmente un papel muy importante el que desempeñamos y con mi elección como vicepresidente se le da una visibilidad a ese papel y a esa importancia.

-El que España sea el país más requerido, ¿lo tenemos que ver como algo positivo o negativo?

-En ciertos aspectos como positivo porque España siempre se ha mostrado muy dispuesta a colaborar y a todo lo que sea progreso en materia de colaboración en la UE. Pero por otro lado, también es preocupante, porque supone que hay un establecimiento de grupos de crimen organizado que se instalan y operan en nuestro país y que disfrutan de las ganancias delictivas en España. Por eso un gran porcentaje de las solicitudes tienen un contenido financiero, de recuperación de activos, embargo de casas, localización de cuentas...

-Entre los casos que coordina Eurojust ¿cuáles son los que afectan más a España?

-La variedad es enorme, pero destaca el tráfico de drogas procedente del Norte de África y de Latinoamérica. España es la puerta de entrada, uno de los cinco ejes criminales en la UE por su situación geoestratégica. También el blanqueo de capitales, por supuesto. Y hay muchos casos de cibercriminalidad y fraude de todo tipo.

-¿Cómo ha evolucionado Eurojust en estos 10 años de su existencia?

-Como institución se ha establecido y se ha asentado. Pero lo que sin duda se ha consolidado es como el organismo, la agencia, la unidad por excelencia en materia de cooperación. El incremento de casos lo refleja claramente. Se ha visto que es la mejor manera de ejecutar solicitudes de asistencia internacional que afectan a varios países. Las reuniones de coordinación son un ámbito único (..) con el que se evitan conflictos de jurisdicción, se soluciona y se agiliza la ejecución de comisiones rogatorias.

-¿Cómo ha cambiado el tipo de delitos sobre los que hay coordinación desde Eurojust?

-Los crímenes cambian porque cambian las posibilidades de cometer delito. Ahí tenemos la cibercriminalidad, la falsificación de tarjetas de crédito. Son modalidades delictivas novedosas a las que es muy difícil enfrentarse, porque la facilidad de comisión es casi instantánea. Las respuestas tienen que ser inmediatas y esa inmediatez requiere transformaciones tecnológicas pero también especialización. (...) En Eurojust está todo junto y evita que el factor internacional sea una ventaja.