Faltan unos 400 fármacos, entre ellos el Dalsy, por los bajos precios y el acopio ante el Brexit
Es casi imposible conseguir Dalsy en las farmacias malagueñas. El fármaco más habitual para la fiebre de los niños falta desde hace más de tres meses en todo el país. Según la Agencia Española del Medicamento (AEM), la situación no se normalizará hasta el 11 de marzo de 2019 en el caso del Dalsy de 40 miligramos y hasta el 30 de junio próximo en el Dalsy de 20 mg.
Los farmacéuticos coinciden en que esta falta no es motivo de alarma porque hay medicamentos alternativos, pero advierten que donde está el problema es en aquellos fármacos que no tienen sustitutos. “En el caso del Dalsy no hay una situación crítica porque hay otros medicamentos que son iguales, aunque se llamen de otra manera porque sean de otra marca o genéricos”, aclaraba el secretario del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Diego Rodríguez. “Otra cosa es que al niño no le guste el sustituto por el sabor”, añadió.
Ayer, la página de la (AEM) recogía unos 400 medicamentos con problemas de suministro. Muchos tienen alternativa, pero la falta afecta a un tercio de los fármacos más habituales.
En el caso del Dalsy de 40 mg., la Agencia precisa que “el titular de la comercialización está realizando una distribución controlada al existir unidades limitadas”. En la presentación del Dalsy de 20 mg., BGP products Operations SL, titular de autorización de comercialización ,“ha comunicado problemas de suministro por cambios en la formulación del medicamento”, según señala la AEM que aclara que existen otros fármacos “con el mismo principio activo y para la misma vía de administración”.
El listado de medicinas en falta –que puede consultarse en la web de la Agencia– incluye entre otras algunas para las cardiopatías, el lumbago, la tensión, la fiebre, la acidez estomacal, el dolor, la ansiedad, la depresión y la disfunción eréctil. Detrás de estos problemas de suministro, que es nacional, hay causas diversas: obras en los laboratorios, cambios en la formulación de los medicamentos, centralización en la fabricación, precios poco atractivos para la industria farmacéutica y hasta el acopio que está haciendo Reino Unido en previsión de un Brexit a las bravas.
“Los laboratorios pueden dar razones que son ciertas, pero entre los profesionales existe la sospecha de que el Brexit está haciendo que el Reino Unido haga acopio de fármacos por si hay una salida dura de la Unión Europea, que no les falten”, manifestó Rodríguez. En ese país, las farmacias son grandes cadenas, no como en España que son pequeñas y medianas empresas.
“Los laboratorios son empresas. Sólo venden más a los que le pagan más”, insistió el secretario del Colegio malagueño. Y aclaró que más que el acopio ante el Brexit, el problema son los bajos precios porque opinó que aunque el Reino Unido quisiera acaparar medicamentos, si pagara precios más bajos que España, no conseguiría su objetivo. En síntesis, la razón principal de la falta de tantos fármacos –con o sin sustitutos– es según el sector un problema de oferta y demanda y por ello explican que las existencias se envían a los países europeos que pagan precios más altos.
Los boticarios insisten en que el verdadero problema son los fármacos que no tienen sustitutos. Citan entre otros Lantanon (antidepresivo), Trankimazin retard (ansiolítico), Tobrex pomada (para la conjuntivitis), Hemovas, Adalat (para la tensión), Aterina (para la circulación) o Kreon (para el cáncer de páncreas). Porque cuando hay alternativa, en las mismas farmacias los boticarios les dan a los pacientes una solución “para que no dé vueltas”. Pero cuando no hay sustituto, tienen que derivarlos al médico para que tome una decisión sobre el tratamiento.
Piden que se garantice el medicamento para reacciones alérgicas graves
La Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (Alergosur) pidió este viernes al Gobierno central que garantice el suministro de adrenalina, un fármaco que se utiliza para atajar reacciones alérgicas que pueden ser mortales. Hay cuatro marcas: Anapen, Altellus, Emerade y ALK-Abelló. Esta última retiró hace un año su presentación autoinyectable de 300 microgramos. El problema es que la demanda de estos dispositivos no puede ser satisfecha por el resto de fabricantes.
El resultado, según la sociedad que agrupa a los especialistas andaluces, es que los alérgicos a alimentos o al veneno de abejas o avispas “sufren desde entonces el peregrinaje por numerosas oficinas de farmacia para encontrar su autoinyector”. Antonio Ramírez, tesorero de la organización, urgió al Ministerio de Sanidad a “solucionar el problema porque hay pacientes con riesgo de reacciones que pueden morir”.
En el mercado hay jeringas y autoinyectables de este fármaco. Las primeras son más baratas, pero tienen una cantidad mayor de adrenalina. Los segundos son más caros, pero contienen la dosis exacta para un shock anafiláctico que compromete la vida del paciente. Por eso son más seguros. Abelló dejó de comercializar en España el autoinyectable de 300 microgramos a principios de 2018. El motivo según Alergosur es “los nuevos precios de referencia” fijados por el Ministerio. En Francia y Portugal el fármaco se vende. Por ello Ramírez cree que al laboratorio en España “el precio no le compensa” y no lo pone en el mercado. Los pacientes tienen por ahora tres alternativas: intentar conseguir las marcas que tienen existencias, comprarlas en el extranjero o ponerse dos cargas de 150 microgramos.
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