Málaga

Una Feria sin caballos es como una procesión sin saeta

  • Enganches y caballos dan vida a las calles del Cortijo de Torres todos los días

UN año es lo que han esperado la mayoría de los caballistas que ayer se encontraban en el Real ataviados con sus mejores galas y montados en sus caballos, perfectamente acicalados y preparados para la ocasión. Durante el año muchos aprovechan las romerías de los municipios cercanos para pasear a sus corceles y sus trajes de corto. Pero el evento más esperado del año es, sin duda, la Feria de Málaga. La mayoría de los caballistas son de la capital . Pero no todos, ya que muchos de los que en esta semana se montan a caballo en el Real vienen de pueblos de la provincia. Una pasarela de camiones y transportines de caballos se puede ver a media mañana ya que lo grande como aseguraban Quique y José Granado, unos vecinos de Valle de Abdalajís, comienza a partir de la una del medio día.

Los paseos de enganches y caballos son comunes en esta Feria de agosto. Se llevan haciendo desde siempre y quien vive la Feria no la concibe sin ellos. Alegre y con un vino fino en la mano, José Granado, montado en su corcel, comentó ayer que "una feria sin caballos es como una procesión sin saeta. Esto es una tradición. Pero cada vez nos exigen más a la hora de formalizar los papeles para poder acudir a la Feria". En el mismo sentido se quejaba Nerea Iglesias, una joven que era la primera vez que montaba a caballo en el Real. "Si no llega a ser por mi amigo, que lleva viniendo muchos años, no hubiese podido arreglar los papeles sola". Junto a ella, se quejaba Francisco, un hombre de unos 50 años, diciendo que "muchas normas pero cualquier día habrá un accidente porque no es normal que las personas campen a sus anchas por donde deberían estar circulando los animales".

"Nos exigen mucho para venir al Real: seguro del animal, pasaporte, plazos... y la verdad es que aquí cada vez hay más normas", decía Nerea. Hablando de normas también se encontraba David. "Los municipales nos tratan muy mal ya que a las 19:30 nos están echando, y de muy malas maneras. Cortan el paso, nos empujan y eso no puede ser". También hay normas en cuanto a vestimenta ya que se exige una indumentaria concreta. "Me he tenido que comprar esta traje que me ha costado 400 euros porque sino no te dejan montar en el Real".

Trajes, carruajes y monturas de todos los estilos. "Dependiendo de lo que te quieras gastar aunque en el concurso tiene que estar todo perfecto: pañuelo, chaqueta, calcetines, etc.", comentó una pareja. Trajes grises, marrones, negros... incluso hay quien se viste exclusivamente para participar en el XIV concurso de indumentaria y atalaje. Así lo hacía Antonio que vive el mundo del caballo con tradición desde que era pequeño. "Es la primera vez que me presento al concurso porque este año me siento joven y con ganas", aseguró. Además, entre risas confesó que "el traje no es nuevo porque no me puedo gastar 800 euros todos los años en la ropa, porque a eso hay que sumarle mucho más. Es un hobby caro".

En la calle central, a las 16:25 se encontraba Enrique que explicó que en la Feria los caballos "tienen muy buenas condiciones: agua para beber en dos puntos del Real, sombra con los toldos que hay por toda la calle e incluso, por 25 euros pueden dormir aquí en un recinto especializado para ellos". Pero caballos o no. Es cuestión de gustos. "La gente viene a la fiesta y los caballos les estorban. Si nos pudiesen echar nos echaban. Por eso nos quitaron de la calle Larios", decía un enfadado caballista. Pero en esto no coincidía Antonio, que lleva viniendo a la Feria con su caballo Ringo desde hace 14 años. "Yo creo que la gente viene a vernos porque muchos nos piden fotos e incluso hay quien se atreve a pedirnos que si se puede montar".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios