El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, ha sido este martes especialmente crítico con la decisión del Gobierno central, presidido por Pedro Sánchez, de impedir que la provincia de Málaga, en su conjunto, pasara ayer de la fase cero a la fase uno en el proceso de desescalada ante la crisis sanitaria del coronavirus. "Es un gran daño para la economía y la imagen de la provincia, porque el Gobierno ha dado una imagen de inseguridad de la Costa del Sol y la imagen es un valor fundamental para promocionar cualquier destino", ha subrayado Salado.
La semana pasada, Salado, como presidente también de Turismo Costa del Sol, presentó un informe en el que exponía que Málaga perdería cuatro millones de turistas y 4.000 millones de euros entre el 15 de marzo y el 30 de junio por el decreto de alarma y el confinamiento de la población nacional e internacional. Este retraso en el proceso de desescalada será, según el presidente de la Diputación, más perjudicial.
"La recuperación económica va a ser mucho más lenta. Si se retrasa más la apertura de los bares o restaurantes las pérdidas serán mucho mayores. El sector turístico ingresa unos 14.000 millones de euros al año en la Costa del Sol y ya vamos a perder 4.000 millones, pero cuanto más se retrase esa cantidad aumentará de forma exponencial", ha insistido Salado.
Málaga y Granada no han pasado a la fase uno, como si lo han hecho otras provincias en España, y el enfado en la Junta de Andalucía -gobernada por el PP y Ciudadanos- y en las instituciones malagueñas es importante porque estiman que Málaga sí cumplía las condiciones para cambiar de fase en el proceso y se le está restando competitividad frente a otros destinos. El Gobierno revisará los procesos de desescalada y Málaga podría pasar a la fase uno el próximo lunes, 18 de mayo.
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