Gaviotas que perdieron su nido atacan a los feligreses de San Agustín

Pura defensa animal, no hubo otro motivo. Pero los visitantes y feligreses de la iglesia de San Agustín se llevaron un buen susto ante el ataque de unas gaviotas el pasado viernes. Según relatan los hosteleros y comerciantes de la céntrica vía, las aves se volvieron agresivas con las personas que atravesaban la verja y entraban en el jardín del templo. Habían perdido el nido con sus polluelos, que se cayó desde alguna de las alturas cercanas, y su defensa era el motivo del ataque. Tanto fue el alboroto de los pájaros, que tuvo que intervenir la Policía Local.

Ya el jueves se escuchaban los chillidos de las gaviotas sobrevolando la iglesia, según explica un empleado del mesón Tormes. Pero hasta el día siguiente no ocurrió nada. Al parecer, un hombre que cogió a una de las crías para devolverla al nido, que había caído en la entrada del templo, fue agredido por una gaviota. Por la tarde, cuando se abrieron las puertas de San Agustín para la visita y el culto, todo el que entraba sufría el acoso de los animales, ansiosos por proteger el nido.

Según los comerciantes de la zona, la actuación de la Policía que, frenó la agresividad de las aves y los días posteriores la normalidad volvió a adueñarse de esta transitada calle que acoge también el Museo Picasso Málaga. Desde el Zoo Sanitario afirman que en esta época del año se intensifican las salidas para la retirada de nidos que caen a la vía pública y pueden resultar problemáticos, ya que las gaviotas se vuelven protectoras y agresivas.

La Policía Local indicó que dos crías picaron a una persona y le hicieron heridas leves que incluso llegaron a sangrar. Otros tres viandantes más también fueron atacados. Los agentes avisaron a la Protectora de Animales que recogió a los polluelos.

Las gaviotas crían en colonias, pudiéndose agrupar en el mismo edificio o en limítrofes hasta diez parejas. Construyen sus nidos desde el mes de abril con materiales vegetales e incluso restos de otros materiales recogidos en la basura, escombreras y de construcción. Si los colocan en sitios inestables, el viento o el propio peso puede hacer que caigan al suelo. Realizan la puesta de abril a mayo, pueden poner hasta tres huevos, los cuales son incubados por los padres indistintamente durante 20 ó 30 días.

Durante el periodo de incubación -mientras alimentan a los pollos que aún no vuelan y que comparten ambos padres- la pareja adulta realiza vuelos intimidatorios y, en ocasiones, pueden llegar a agredir para protegerlos. Emiten chillidos muy agudos e impactantes tanto mientras vuelan, para comunicarse entre ellas, como cuando están posadas. Especialmente en época reproductiva y entre padres y polluelos.