La noche más terrorífica del año se acerca. Los malagueños comienzan a recopilar todo lo necesario para disfrazarse el próximo 31 de octubre, pero no todo se queda en los tradicionales disfraces porque las máscaras, el maquillaje y los adornos cada vez son más demandados por los aficionados a la fiesta de Halloween. Cierto es que muchas personas se decantan por las compras en internet, pero hay malagueños que todavía prefieren lo tradicional, el ir a la tienda y escoger el disfraz en persona. Una de las tiendas “de toda la vida” en Málaga es Luis Carrasquilla. Allí su encargado, Juan Rodríguez, asegura que cada vez son más los turistas que se acercan llevados por la curiosidad a ver que se encuentran en el establecimiento. Además, añade que Harley Quinn, el Joker y Chucky son los disfraces más comprados, sin dejar atrás los “míticos” de bruja, vampiro y esqueleto.

Juan Rodríguez, encargado de la tienda Luis Carrasquilla, -una de las más tradicionales en materia de disfraces de la capital- explica que este año los disfraces tradicionales vuelven a ser los más demandados. Por lo que, las calles de Málaga se llenarán de brujas, vampiros, esqueletos, pero no de calabazas, uno de los disfraces que hasta ahora eran los más demandados por las familias para los más pequeños. En este punto, señala que los padres vienen buscando disfraces de Chucky e incluso del Joker.

El encargado de Carrasquilla ordenando máscaras de la tienda.

Entre los adolescente lo que más demanda hay son las máscaras, pero de todo tipo, puesto que “entre los 14 y 18 años se suelen vestir de negro, se ponen su máscara y se van a la calle”. Eso sí, algunos se decantan también por comprar una capa negra que acompaña con algún complemento como un bate de béisbol o un hacha.

Cabe señalar que todo disfraz necesita un buen maquillaje y en Carrasquilla saben de eso. “Nosotros donde más fuerte somos es en la caracterización y los efectos especiales porque vendemos carne artificial, látex, sangre artificial de todos los tipos posible”, asegura Rodríguez. Asimismo, de maquillaje venden “el típico blanco, negro y rojo”, pero ahora en Halloween los clientes se llevan agua colores porque “su acabado es mucho mejor y lo puede usar todo el mundo”.

Uno de los trabajadores de la tienda buscando disfraces.

Los malagueños cada año se esfuerzan más en conseguir sus disfraces, pero no todo se queda ahí. Desde hace unos años, según Rodríguez, muchos también se decantan por las decoraciones. “Les gusta crear ambiente en sus casas y se dejan una gran cantidad de dinero en la decoración”, incide.

En cuanto a las ventas, el encargado de Carrasquilla sostiene que “la temporada va bastante bien”, pero los días fuertes van a ser desde este sábado hasta el martes, ya que “los malagueños suelen esperar hasta el último momento”. En relación a los clientes, señala que tienen su público local habitual, pero cada vez atienden a más extranjeros, lo que hace que cuando termine esta fiesta el establecimiento haya facturado en torno al 75% de sus ingresos anuales.