Málaga

La Junta incrementa en 94 millones la inversión para llevar soterrado el Metro de Málaga al Civil

  • La cifra hay que sumarla a los 44 millones que ya estaban presupuestados cuando se planteaba el recorrido en superficie

  • Da luz verde a la modificación del contrato de concesión, que fija la llegada a la Alameda el 30 de junio de 2022 y el 31 de diciembre de 2027 al Civil

Momento de la firma de la modificación del contrato de concesión del Metro de Málaga.

Momento de la firma de la modificación del contrato de concesión del Metro de Málaga. / Javier Albiñana

Paso definitivo de la Junta de Andalucía para adaptar el contrato de concesión del Metro de Málaga al nuevo escenario del proyecto, incluyendo el soterramiento completo del trazado proyectado hasta el entorno del Hospital Civil y el retraso al menos hasta el 30 de junio de 2022 de la llegada del ferrocarril urbano al Centro urbano.

La nueva relación contractual, que será rubricada esta misma tarde por la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, y los responsables de la concesionaria, Metro Málaga, ha recibido este jueves el aval del Consejo de Gobierno andaluz. El mismo ha autorizado el gasto que trae consigo esta modificación, incluyendo un incremento de 94,12 millones para ejecutar bajo tierra los 1,8 kilómetros de recorrido hasta el Civil.

Tomando en consideración este añadido, el valor final estimado para la materialización de esta parte de la infraestructura rondará los 138 millones de euros, dado que hay que incluir los 44 millones que ya estaban presupuestados cuando el planteamiento era que fuese en superficie.

Desde la Junta han apuntado que este esfuerzo económico queda compensado por la reducción que se produce en los pagos a futuro a la concesionaria. De acuerdo con los números trasladados, esta rebaja es de 90,42 millones. Un dato que se obtiene tras corregir a la baja la proyección durante los seis años de explotación parcial de las líneas 1 y 2 hasta El Perchel, inauguradas a finales de julio de 2014, "que han arrojado unos mayores ingresos comerciales por venta de títulos de viaje y menores gastos operativos frente a lo estimado en el anterior plan económico-financiero". En este intervalo de tiempo han sido alrededor de 30 millones de pasajeros los que se han subido a los trenes.

Sea como fuere, la realidad económica del Metro sigue siendo abrumadora. Sin conocer los detalles de la actualización, hay que recordar que a finales de 2018, la Agencia de Obra Pública de Andalucía confirmaba que en ese momento quedaban por abonar casi 2.700 millones de euros hasta 2042, que es la fecha de finalización de la concesión vigente. Sólo tomando en consideración los seis años transcurridos desde su apertura parcial, la aportación realizada por las arcas autonómicas es de 420 millones. 

Dentro de este montante, destaca la compensación a la que está obligada la Administración regional con las empresas explotadoras por los continuos retrasos en la terminación de la infraestructura. Grosso modo se paga por los viajeros potenciales que el Metro no ha podido transportar dado que la red completa no ha estado finalizada en los plazos comprometidos. Esta demanda se fijó en 20,7 millones de pasajeros anuales.

Éste es justamente uno de los detalles relevantes que busca cubrir la actualización del contrato. De hecho, una de las consecuencias directas es que el bautizado como periodo transitorio, en el que se aplican esos añadidos en la compensación, pasa a extenderse hasta el 31 de diciembre de 2027, que es cuando la Junta confía en que el Metro llegue hasta el Civil, completando la red. Antes, el 30 de junio de 2022, se espera que el ferrocarril urbano alcance el Centro urbano.

Desde la Administración regional se pone el acento en que esta modificación, que cuenta ya con el informe favorable del Consejo Consultivo, viene a “despejar el horizonte futuro” para culminar la infraestructura. “Se endereza así un proyecto que acumulaba retrasos en su ejecución, incumplimiento de plazos y desviaciones presupuestarias”, apuntaron, poniendo en valor el trabajo de Fomento a la hora de imprimir “un mayor ritmo a los trabajos”, recuperando “solvencia y crédito ante los contratistas y los socios del proyecto (concesionaria y BEI), además de aportar seguridad jurídica a la operación para materializar el proyecto”.

Pero ¿qué es lo que justifica esta nueva modificación en el contrato del Metro, la tercera desde que se sentaron las bases del proyecto? Básicamente la imposibilidad de que el Gobierno andaluz cumpla con el calendario de terminación y entrega de los tramos en obras, el Renfe-Guadalmedina y el Guadalmedina-Atarazanas, así como la prolongación hasta la zona norte, en los plazos acordados.

Sirva como referencia que la llegada a la estación junto a El Corte Inglés se contemplaba para el 30 de junio de 2016; para el 31 de octubre de 2017 se fijaba la continuación hasta la Alameda, por un lado, y el Civil, por el otro. La última versión del contrato también marcaba una extensión de estos plazos hasta el 1 de noviembre de 2020 para la entrega de estos tramos, hito igualmente imposible de cumplir.

Esta es la tercera de las modificaciones que sufre el contrato de concesión, suscrito el 2 de diciembre. Antes de la actual, fue alterado en 2010 y en 2014. Este último ajuste contó con un dictamen desfavorable del Consejo Consultivo. Y en ambos casos tuvieron que reajustarse tanto los plazos como las dotaciones económicas para la construcción y explotación de los tramos pendientes, incluyendo la prolongación hacia la zona norte, donde se plantea la construcción del tercer hospital de Málaga.

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