Un hombre de 35 años está siendo investigado como presunto autor de un delito de maltrato animal, tras las investigaciones llevadas a cabo por agentes del Grupo de Protección de la Naturaleza (Grupona) de la Policía Local y del Seprona. Todo comenzó a finales de mayo, cuando los agentes advirtieron la situación de un caballo que presentaba un visible estado de suciedad y delgadez, teniendo marcados el costillar y los muslos traseros, presumiblemente como consecuencia de desnutrición. El animal se hallaba en una parcela rústica en la que, junto a un almacén de aperos, había un recinto de unos 50 metros cuadrados de superficie terriza destinado a albergar animales, delimitado por paredes de ladrillo de hormigón de un metro y medio de altura, encontrándose sucio y falto de mantenimiento. Además, el agua se encontraba en un recipiente de plástico expuesto directamente al sol, presentando un estado higiénico sanitario deficiente a juzgar por el color, suciedad y cantidad de larvas que se observaban en la misma, según informó la Policía Local.
Agentes del Grupona localizaron al padre del propietario del animal en el lugar, identificándolo y preguntándole por su hijo, del que decía desconocer su paradero, comenzando un seguimiento del estado del equino. Finalmente, el propietario del caballo acudió a dependencias del Seprona de la Guardia Civil, donde fue identificado y se le leyeron los derechos como investigado por un presunto delito de maltrato animal. Tras ello, el animal pasó a disposición de la Asociación El Refugio del Burrito para su cuidado y bienestar.
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