Tocar el cielo no tiene límites

Javier García, el primer sordociego que corona el pico más alto de Europa

Un extremeño con sordoceguera consigue coronar el pico más alto de Europa

Un agente de instituciones penitenciarias de Málaga ha sido su guía y el único en llegar a la cima junto al joven

Óscar Álvarez Sueiro (a la izquierda) y Javier García Pajares (a la derecha) en la cima del monte Elbrus.
Óscar Álvarez Sueiro (a la izquierda) y Javier García Pajares (a la derecha) en la cima del monte Elbrus. / M. G.
Miriam Núñez

29 de agosto 2019 - 06:00

Málaga/Coronar el pico más alto de Europa puede significar mucho más de lo que parece. Javier García Pajares alcanzó la cima del monte Elbrus, de 5.642 metros de altura, el pasado 10 de agosto, pero su hazaña va mucho más allá. Se trata de una historia de superación y constancia que ha llevado a este extremeño a ser el primer sordociego en realizar esta expedición. Al joven de 28 años le ha acompañado como guía Óscar Álvarez Sueiro, agente de instituciones penitenciarias y delegado de CSIF Málaga, que ha sido el único del equipo que ha conseguido llegar hasta el final.

Este logro pone el broche final a Abrazar las estrellas, un proyecto que forma parte de Un mundo con sentido. "Es un programa de actividades que sale de la cabeza de Javier para dar visibilidad al colectivo de la sordoceguera", explicó Álvarez, “realmente es un triunfo para el proyecto”, añadió.

Además de la ascensión, se han llevado a cabo otras actividades deportivas como ciclismo o paracaidismo con las que García pretende demostrar que una discapacidad no tiene por qué significar una limitación.

Con este objetivo, el extremeño y un equipo de seis personas pusieron rumbo a Rusia el 4 de agosto dispuestos a llegar hasta el monte Elbrus, el más alto de Europa. “Es una ascensión dura, larga, de unas 11 o 12 horas sin parar y que tiene una parte final en la que hay que asegurarse e ir encordado”, señaló Álvarez. Además, las condiciones meteorológicas no lo pusieron fácil y provocó que, finalmente, el delegado fuera el único que consiguió llegar a la cima junto a García.

El viento hizo que la ascensión se adelantara un día, por lo que el tiempo de aclimatación que el equipo tenía previsto se vio reducido: “Eso muchas veces es fundamental. Ha hecho mella en parte del equipo que, bueno, han ido quedando por el camino”. El delegado de CSIF quiso recalcar este imprevisto: “Destaco todo esto para poner en valor la dificultad añadida que tenía Javier. Incluso el guía ruso que llevábamos tuvo que abandonar”.

En el equipo iba una traductora para ayudar a García a comunicarse mediante dactilología

“Yo lo resumiría todo a una palabra: equipo”, confesó, “al final solo hemos llegado Javier y yo, pero es porque cada uno ha cumplido su función”. Entre los miembros, estaba Cristina Fernández, una traductora que ayuda a García a comunicarse de forma más fluida a través de la dactilología. “Él me habla y yo le escribo en mayúsculas en la mano. La comunicación es muy buena, es casi como telepática, porque de alguna manera se trasmiten sensaciones y emociones”, explicó Álvarez.

Javier García ya tenía experiencia en el montañismo, que para él se ha convertido en una terapia y motivación. Este año ha conquistado cimas como el Aneto, el pico más elevado de los Pirineos (3.404 metros) o el Tubqal, el más alto de Marruecos (4.167 metros) y ya tiene la mente puesta en nuevas metas: “A Javier se le ha escapado por ahí algo del Kilimanjaro”.

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