Infraestructuras

La Junta devuelve el Metro de Málaga al Civil seis años después

  • De una trazado tranviario valorado en 41 millones pasa a otro soterrado que se calcula en 150 millones

Tráfico por la calle Eugenio Gross.

Tráfico por la calle Eugenio Gross. / Javier Albiñana

El Metro de Málaga llegará bajo tierra hasta el entorno del Hospital Civil. O eso dicen quienes están ahora al frente de la Junta de Andalucía, con el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla, a la cabeza. El compromiso actualizado contrasta con el paso atrás que él mismo protagonizó hace nueve meses, cuando en su primera visita a la capital de la Costa del Sol desechó la idea de ir adelante con el soterramiento del ramal arguyendo la necesidad de dar prioridad a la llegada al Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). Ahora es la tecnópolis la que queda desplazada de los planes autonómicos.

La Junta recupera la esencia de lo que fue objeto de consenso y acuerdo con el Ayuntamiento de la ciudad a finales de 2013. Con el proyecto del Metro en convulsión debido a los retrasos en la ejecución de los trabajos y la demora sin fin en la puesta en servicio de la infraestructura, los dos socios públicos acercaron posiciones para salvar la iniciativa. El trazado original, perfilado en 2003, quedaba alterado.

De llegar a la Malagueta, como paso previo a su continuación hacia El Palo, se pasó a un recorrido soterrado que dejaba su última parada en la Alameda. Y con el fin de sumar más viajeros, se incorporó un ramal de 1,8 kilómetros en superficie (con la finalidad de abaratar los ya inflados costes de ejecución) entre El Corte Inglés y el cruce de Blas de Lezo con Arroyo de los Ángeles.

Ese nuevo esquema, que motivó la firma de un nuevo contrato entre la Administración regional y los socios privados encargados de la explotación del suburbano, quedó asentado en un protocolo de intenciones entre las dos administraciones que, seis años después de su rúbrica nunca ha sido consumado. Apenas días después de estampar su firma, el alcalde, Francisco de la Torre, inició su particular cruzada en contra de llevar el tren urbano al Civil a ras de calle.

Moreno Bonilla saluda a De la Torre, en la reunión celebrada en Sevilla el pasado miércoles. Moreno Bonilla saluda a De la Torre, en la reunión celebrada en Sevilla el pasado miércoles.

Moreno Bonilla saluda a De la Torre, en la reunión celebrada en Sevilla el pasado miércoles. / José Ángel García (Sevilla)

Una contienda que quedó plasmada en numerosos recursos judiciales por parte del Consistorio a cada uno de los pasos administrativos dados por el Gobierno regional. Pugna que aún hoy sigue viva en los tribunales, donde son varios los pronunciamientos adversos a la pretensión municipal de que el proyecto del tranvía quedase anulado. Los tribunales validaron la actuación de la anterior Administración regional, confirmando la validez de la senda iniciada pero no acabada.

Con el nuevo posicionamiento de la Junta, De la Torre encuentra respuesta satisfactoria a su larga reclamación. Seis años después de la reunión de Los Asperones, donde se perfiló la transformación del trazado, el Metro sigue tan lejos como entonces de aproximarse a la zona norte. Ahora, al menos, en el escenario, dos actores públicos que hablan el mismo lenguaje, que sintonizan en la necesidad de abrir una nueva puerta para el Metro.

El anuncio, ligado de manera directa a la construcción del tercer hospital en los terrenos del Civil, tiene aún que avanzar sobre un camino por construir. De una etapa en la que el trazado tranviario disponía de todos los parabienes técnicos y administrativos, al punto de que llegó a ser objeto de licitación y presentación de ofertas, a un terreno por descubrir.

Corresponde ahora al departamento encabezado por la consejera Marifrán Carazo, activar los mecanismos que permitan contratar la redacción del proyecto constructivo de la nueva línea. Como poco, seis o siete años entre la concreción técnica y el desarrollo de unas obras que abrirán en canal Eugenio Gross y Blas de Lezo (a priori se respetará este recorrido) durante varios ejercicios. Antes, a priori, se deberán aportar los datos correspondientes a la demanda potencial de pasajeros del ramal recuperado.

En los tiempos pretéritos, los informes actualizados por la concesionaria y remitidos al principal financiador del proyecto, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), elevaban a unos 2,7 millones los viajeros que usarían el tranvía. Dato que puso seriamente en cuestión el Consistorio, cuyas estimaciones reducían esta cifra a apenas un millón de personas.

El principal argumento puesto sobre la mesa por la Junta para defender una inversión que podría rondar los 150 millones de euros (según el dato aportado por el consejero de Presidencia, Elías Bendodo), 110 millones más que hacerlo en superficie, es el tercer hospital. Las 840 camas y 49 quirófanos del que se quiere dotar vendrán a sumarse a las alrededor de 550 que suman el Materno y el Civil.

Se parte de la premisa lógica de que la construcción de esta especie de ciudad sanitaria requerirá de un medio de transporte de mayor capacidad y rapidez que los autobuses urbanos. Sin números concretos sobre la demanda futura, Bendodo sí apuntaba ayer que el ramal al Civil captará más viajeros que llevarlo a la Malagueta o al PTA.

La Junta regresa al Civil seis años después, lo hace con la intención de construir el Metro subterráneo, respondiendo a las exigencias del alcalde, de los vecinos de Bailén-Miraflores y del propio Moreno Bonilla, para quien no cabe otro modelo de ferrocarril urbano que bajo tierra. "Un perro es un perro, un gato es un gato y un metro es un metro, no un tranvía", dijo meses antes de las elecciones autonómicas. Ahora tiene la oportunidad de cumplir con ello.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios