"Se me ha debido entender mal", dijo ayer en Almería la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz, para rebajar el malestar surgido en Málaga capital por el mensaje que ella misma lanzó a principios de semana de aplazar sine die la obra del tramo final del Metro de la capital. Tres días después, sin pasar por la capital de la Costa del Sol, Cruz matizó sus palabras para dar un giro completo al modelo que hasta la fecha ha estado defendiendo la Administración regional para la ejecución de esta parte del trazado y que pasaba por costearlo con dinero público. Ante la evidente escasez de financiación propia, la Junta opta por incluir el tramo Guadalmedina-Malagueta dentro de la política de colaboración público-privada, lo que, de facto, supone dejar en manos de la actual concesionaria del suburbano esta pieza del puzzle.

Es decir, que casi cuatro años después de que la entonces consejera de Obras Públicas Concepción Gutiérrez tomase la decisión, ante las discrepancias que mantenía con los socios privados, de asumir el tramo del centro (junto con otros dos que sí han sido impulsados por el Gobierno andaluz: la parte en superficie de Teatinos y el tramo Renfe-Guadalmedina), la ahora titular del departamento da marcha atrás.

"No se va a parar", comentó Cruz en relación a la obra del Metro malagueño, aunque equivocadamente habló de licitar "lo antes posible" estos trabajos de construcción. Horas después de que pronunciase estas palabras, fuentes de la Administración regional las matizaron, indicando que será la unión temporal de empresas encabezada por FCC la que asumirá la actuación. "Quedan por atar son los flecos financieros", indicaron, al tiempo que añadieron que la intención es que la obra arranque el año que viene. Ello, apuntaron otras fuentes, hará posible la opción de actuar en la Alameda para después de verano de 2012, manteniéndose viva la idea de que ir en tren hasta La Malagueta sea factible a finales de 2014. Asimismo, las fuentes señalaron que la reunión prevista el próximo 15 de septiembre con el Ayuntamiento para analizar la futura reurbanización de la Alameda Principal, se mantiene.

A pesar de incidir en que los trabajos seguirán adelante, subrayó la necesidad de ser "rigurosos" con los presupuestos actuales y la planificación de la consejería. Pero volvió a señalar que la "prioridad" de su departamento es terminar las conexiones de las líneas 1 y 2 en la zona de El Perchel. "El objetivo será poner en marcha el enlace y la conexión entre las líneas 1 y 2 y posteriormente se abordaría la línea hacia La Malagueta, de mayor complejidad", dijo, a lo que agregó: "No se van a poner muchas cosas en obra porque tenemos que terminar primero las obras en marcha".

Lo que sigue sin quedar claro es qué ocurrirá con el tramo ahora afectado por los restos arqueológicos, Renfe-Guadalmedina, ya que desde la Junta se insiste en que lo que se garantiza es la terminación de la denominada V invertida, que permitirá ir desde Carretera de Cádiz hasta Teatinos pasando por la estación El Perchel, ubicada en la calle Mendívil. El proyecto constructivo del tramo Guadalmedina-Malagueta fija una inversión de 125 millones de euros y un plazo de terminación de 38 meses.

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