Kamagra, el 'milagro' ilegal contra la disfunción eréctil
El Seprona en Málaga persigue desde hace tiempo la comercialización de un medicamento, similar a Viagra, prohibido en España y demandado por gente joven debido a su bajo precio
En España el medicamento más conocido para tratar la disfunción eréctil se llama Viagra. Su principio activo es el sildenafilo citrato y su comercialización está totalmente autorizada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Pero su precio, como mínimo unos 85 euros por apenas cuatro pastillas, no la hace apta para todos los bolsillos. La alternativa barata por la que muchos están optando para acceder a este producto viene de la India, se la conoce como Kamagra y su venta no está permitida.
Aún así, centros de nutrición deportiva, gimnasios, sex shops y, sobre todo, particulares a través de portales web de compra y venta de internet se han convertido en los principales distribuidores de este medicamento no autorizado en España, que está haciendo furor especialmente entre la gente joven por su bajo precio.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en Málaga les sigue de cerca la pista desde hace tiempo a estos vendedores ilegales que se enfrentan a multas de entre 30.000 y 60.000 euros al estar considerada la comercialización de estos productos no permitidos como una infracción grave en la Ley 29/2006 de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos, y es la Consejería de Salud y Bienestar Social la encargada de hacerla cumplir.
Sólo en el último año han sido cuatro las intervenciones que el equipo del sargento jefe de la patrulla Seprona en Málaga, Carlos Plaja, ha llevado a cabo en la provincia por la venta de Kamagra. Unas 500 dosis de este producto, que se comercializa en pastillas y en también en sobres de gel con distintos sabores, han sido intervenidas en esas cuatro operaciones que tuvieron lugar en Torremolinos, Fuengirola, Marbella y San Pedro de Alcántara.
Dos de ellas fueron en una tienda de nutrición deportiva y un sex shop, respectivamente, y las otras dos a particulares que vendían por internet este medicamento que se fabrica en India, donde sí está autorizado. Al igual que Viagra, está indicado para tratar la disfunción eréctil y la hipertensión arterial pulmonar, aunque con una gran diferencia de precio. En su así de origen se compra a un euro cada pastilla o sobre y suele venderse a partir de los siete euros aquí.
Un negocio relativamente sencillo y con una alta rentabilidad que está animando cada vez a más a personas a arriesgarse a su venta. Según explicó Plaja, los dos canales de entrada en España son en equipajes particulares a través de los aeropuertos o por envío postal directamente de India tras haber hecho los pedidos por internet. "Los compradores, bien para consumo propio o bien para comercializarlo después suelen pagar la mercancía primero a través de agencias de dinero y una vez aquí lo venden como una fuente extra de ganar dinero".
Prueba de ello es que el perfil del vendedor suele ser un joven de entre 22 y 32 años que tienen su propio trabajo al margen de este negocio ilegal paralelo. El perfil habitual del consumidor de este medicamento traído desde India también llama la atención porque en la mayoría de los casos se trata de gente joven, entre 20 y 30 años normalmente, y muchos de ellos vinculados al deporte de pesas o culturismo debido a que el consumo excesivo de anabolizantes puede provocar problemas de disfunción eréctil.
Es la razón, explicó el responsable de la patrulla del Seprona en Málaga, de que en muchos casos sea en los centros de nutrición deportiva o en gimnasios "donde hayamos encontrado dosis de este medicamento ilegal y que puede suponer serios efectos para la salud si no es prescrito por un médico".
La aparición de este producto en España se detectó por primera vez en 2011 en la zona de levante y poco a poco se fue extendiendo su venta hasta recalar también en Málaga, donde localizarlo a través de internet es relativamente fácil. Aunque no siempre porque los vendedores, precisamente para tratar de eludir posibles controles policiales, suelen tomarse muchas molestias para camuflar al medicamento "bajo la apariencia de otros productos que nada tienen que ver".
Es el caso, por ejemplo, de un anuncio interceptado por el Seprona en Málaga y que bajo un supuesto anuncio de una Mini Vespa se escondía el medicamento indio contra la disfunción eréctil. También es habitual, aseguró Plaja, que "separen las sílabas del nombre o modifiquen parte para que en una búsqueda por internet no aparezca directamente".
Pero aún hay una práctica más peligrosa y tampoco controlada como es la venta de productos naturales o complementos alimenticios, normalmente de origen asiático, que se venden en herboristerías, establecimientos chinos o incluso también sex shop y que también contienen el principio activo sildenafilo citrato.
"No aparece específicamente el contenido de este principio activo en el envase para que no ser considerado un medicamento", contó el sargento jefe de la patrulla Seprona en Málaga, que advirtió del peligro que eso conlleva para el consumidor que "desconoce lo que está ingiriendo".
Las inspecciones que el Seprona realiza en estos tipos de establecimientos de forma periódico suele ser la forma más frecuente de descubrir estos productos que se presentan con formatos muy diversos y cambiantes para tratar de evadir las alertas sanitarias que emite la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios cada vez que se saca luz uno de ellos. Y es que siempre que la Guardia Civil detecta un nuevo envase no catalogado lo envía a este organismo para que realice los análisis pertinentes que determinen o no la presencia de este compuesto que lo convierten en medicamento. En caso afirmativo, queda automáticamente prohibida su comercialización en España. Sin embargo, la primera vez no se denuncia al vendedor puesto que "al no haber una alerta concreta se suele alegar desconocimiento de su contenido", aclaró.
Hay decenas de productos de este tipo sometidos a una alerta sanitaria y aún así no paran de proliferar. La facilidad con la que llegan de países asiáticos, como China principalmente, su rápida distribución en variopintos tipos de establecimientos y los precios asequibles con los que se ofrecen al alcance de casi todos los bolsillos los hacen altamente demandables, a la par que peligrosos por el uso abusivo y sin control que llegan a tener por parte de consumidores que no saben ni lo que contienen.
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