Limasa admite que habrá que reducir el servicio de limpieza por los recortes

Aún no hay ninguna decisión tomada, pero la nueva reorganización de los turnos de la plantilla de la empresa mixta de limpieza Limasa para recortar seis millones de euros en el presupuesto para este año obligará a ajustar irremediablemente el servicio. Las medidas, que deberá estudiar ahora el Ayuntamiento de Málaga, pasarían por reducir la flota entre un 5 y un 7%, o recoger la basura de los contenedores cuando estén al 80% de su capacidad y no al 60% como se hace ahora. Incluso que dejen de recogerse diariamente los residuos en algunas zonas de la ciudad.

Lo dijo ayer el director del área municipal de Medio Ambiente, Luis Medina, a los periodistas que cubrían la reunión de mediación celebrada en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) y que terminó sin acuerdo entre la empresa y el comité que mantiene la huelga indefinida de limpieza a partir de las 6:00 de la madrugada del próximo viernes.

Según explicó ayer el gerente de la empresa, Rafael Arjona, a día de hoy no hay ningún planteamiento concreto sobre la mesa, aunque sí reconoció que el área de Medio Ambiente "hará estudios, como se hacen en todas las ciudades, para ver cómo se pueden optimizar determinados servicios como la recogida de basura". Eso sí, quiso dejar claro que no se vería afectada "en absoluto" la calidad del servicio, porque dijo "hay que tener en cuenta que el volumen de basura se ha reducido en los últimos años en la ciudad".

Como cliente de Limasa y con una participación del 49%, el Ayuntamiento de Málaga tiene la potestad de plantear una reorganización de hasta el 20% del servicio. Pero hasta que presente los estudios que avalen esa necesidad, amparada en el hecho de que el presupuesto municipal destinado a Limasa este año baja a 86 millones de euros frente a los 92 de 2011, la empresa está obligada por contrato a que la recogida de la basura se haga a diario en toda la ciudad.

Sin embargo, el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte (UGT), advirtió ayer que la aplicación de la nueva jornada laboral y de las vacaciones a partir del lunes, tal y como obliga el laudo arbitral el árbitro dictado por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales de la Junta, Jesús Cruz Villalón, va a suponer además que se recorte en el baldeo, la limpieza de contenedores y la recogida de muebles y restos de poda.

El trasfondo de esta situación está en el recorte en la contratación de trabajadores eventuales que la empresa va a llevar a cabo y que los representantes sindicales critican porque se vería . Así las cosas, el fin al conflicto aún tendrá que esperar porque hay dos escollos difíciles de salvar a tenor de las posturas que mantuvieron ayer ambas partes sobre la paga de productividad y los días festivos.

La propuesta de los empleados pasa por renunciar a trabajar los festivos durante 2013, pero solo como excepción para este año y manteniendo el artículo 25 del convenio colectivo por el que los la plantilla fija puede optar a trabajar un festivo a razón de 140 euros por jornada. Su renuncia a trabajarlos este año pasaría, además, porque la empresa se comprometa a cambio a contratar a 150 eventuales al mes en invierno para cubrir a los fijos que descansen o estén de vacaciones. También aceptan prescindir de unos 250 euros de la paga de productividad de este año, pero con condición de que ese plus se consolide a partir de 2014 y cada trabajador cobre 1.431 el 31 de enero.

Pero Limasa no está por la labor. Por un lado, acepta la conversión en fijos de 10 eventuales con los criterios del comité de empresa y se compromete a pagar los 551,74 euros de la paga de productividad de este año en dos pagos en 2014 y 2015, pero asegura que ese plus se eliminará para sucesivos años. En cuanto a los fijos, exige que no trabajen los festivos puesto que eso supondría un desembolso de 300.000 euros por festivo y dice que contratará eventuales según necesidades, aunque sin concretar un número determinado.

Ante la falta de acuerdo ayer, ambas partes deberán verse de nuevo las caras el martes en el Sercla, mientras se acelera la cuenta atrás para la huelga del viernes.