Locura con Ventura y hastío con 'El Juli'
La Feria Taurina por fin despegó con una mejor entrada que en las tardes anteriores. La corrida mixta, una de las más esperadas del abono, compuesta por Diego Ventura, Enrique Ponce y El Juli casi llenó la plaza. Las carreras consagradas de estas figuras, del rejoneo y del toreo a pie, eran garantía de éxito, aunque solo sobre papel.
Desde minutos antes del comienzo del festejo se podía a ver más gente que en estos últimos días por los alrededores del coso, quienes hacían tiempo para entrar en la plaza refugiándose en las escasas zonas de sombra que bordean La Malagueta. La calle estaba viva, algo que se echó en falta durante el previo de los anteriores festejos del abono.
Asimismo, una gran cantidad de gente se agolpaba en la calle Manuel Martín Estevez, donde se situaba el camión de Diego Ventura en el que preparaban a los caballos antes de trasladarlos al patio de cuadrillas para que estuviesen a disposición del rejoneador.
Nuevamente, hubo bailes de corrales, teniendo que remendar la corrida con dos toros de La Palmosilla. Menos bailes hubo en los tendidos, pues la afluencia impedía apenas moverse del sitio. No era la Picassiana, pero el mar de abanicos que se apreciaba en los tendidos de sol parecían moverse cual palomas de Picasso.
Uno de los toreros más queridos por la afición malagueña es Enrique Ponce, cuyos éxitos en esta plaza le avalan. Al romperse el paseíllo el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, le hizo entrega sobre el ruedo de La Malagueta del sexto Capote de Paseo que obtiene como triunfador de la pasada feria, en la que indultó al toro Jaraiz en la ya histórica corrida Crisol-Picassiana.
Precisamente, uno de sus compañeros de cartel de aquella tarde presenció la corrida de ayer desde una barrera. Su compadre Javier Conde, quien aunque ayer no estaba vestido de luces, saboreó y disfrutó cada muletazo de Ponce como si lo hubiera dado él. A Conde y su mujer, Estrella Morente, fue a parar el brindis del primer toro de Ponce.
También uno de los que estuvo el pasado año cerca de hacerse con el Capote de Paseo fue Jiménez Fortes. Hoy hará el paseíllo acompañado del "pirata" Padilla que se despedirá de la afición malagueña en su año de la retirada.
La Malagueta, cada vez más afín a los rejones, vivió la primera alegría de la tarde con Diego Ventura, que montando a "Lío" formó un auténtico alboroto que le sirvió para cortar la primera oreja de la tarde. Mientras el rejoneo va ganando adeptos, El Juli se encuentra con más voces críticas de aficionados malagueños, debido a sus "paseos" por el ruedo, algo ya común en sus últimas actuaciones en Málaga.
Durante su faena -por llamarla de alguna forma- un aficionado ubicado en el tendido 6 espetó a El Juli "¿para cuándo una de Dolores Aguirre?", algo que provocó la reacción de parte del público, mayoritariamente en forma de risa.
Otra historia diferente se vivió con Diego Ventura, arrollador. El público se entregó a la causa, cuyo momento culmen fue cuando banderilleó a dos manos sin cabezal y posteriormente colocó las rosas. Con el público de pie y al grito de "torero, torero" ya aguardaban con los pañuelos en la mano, aunque el fallo con el rejón de muerte le impidió tener premio.
En el toreo a pie la falta de fuerza de los toros condicionaron a los toreros y al público, que ayer incordiaba en exceso la labor de los diestros. Tras una faena basada únicamente en la mano derecha, un espectador, esta vez en el tendido 3, le recriminó a Ponce que cuándo pensaba torear con la izquierda. Acto seguido, se echó la muleta a la zurda y contentó, de esta manera, al espectador.
La actitud de El Juli con el sexto solo hizo aumentar el enfado del público, a los que los desprecios del diestro a esta afición ya son innumerables. Los silbidos y pitos fueron la banda sonora de la lidia del último toro de la tarde.
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