El Lute se reencuentra con Mangas Verdes

Sociedad

Después de cuatro décadas, Eleuterio Sánchez es recibido por los vecinos del barrio casi como un héroe.

El Lute se reencuentra con Mangas Verdes
Cristina Fernández

05 de abril 2016 - 13:21

En el año 72, Eleuterio Sánchez, conocido por la Policía como El Lute, después de llevar un par de años fugado de la cárcel del Puerto de Santa María, fue a cambiar divisas a una pequeña sucursal bancaria en la Estación de Cártama. Allí lo reconocieron y la Guardia Civil intentó apresarlo. Pero no pudo a pesar de que el fugitivo recibió un tiro en el muslo y otro en el hombro. Tuvo que dejar la casa en la que vivía en el Camino de Antequera y, herido, fue hasta Mangas Verdes. Allí su hermana tenía una casa y en ella estuvo con toda su familia refugiado durante pocos meses. Volvieron a dar con él, uno de los delincuentes más buscados de la época, al que habían condenado a cadena perpetua por robar una joyería, y escapó nuevamente saltando por los tejados de las casas unifamiliares del barrio. Nunca más volvió a las empinadas calles, al cerro desde donde vio con sus hermanos cómo se llevaban a las mujeres y a los niños detenidos.

Después de cuatro décadas, El Lute, uno de los presos más famosos del franquismo, ha sido recibido esta mañana por los vecinos casi como un héroe. En el colegio Ángel Ganivet ha hablado de superación, de aprovechar el tiempo, de su paso por la cárcel y su rehabilitación. Esta tarde mantendrá una mesa redonda con asociaciones y entidades que trabajan la reinserción con presos en tercer grado.

De su etapa de clandestinidad, Eleuterio Sánchez tiene recuerdos "difusos" y apenas le vienen a la memoria las caras de los vecinos con los que convivió, pero guarda "en el corazón" que le mantuvieran en el "anonimato", porque aunque él se disfrazaba, había "muchísima gente que sabía quién era".

En una España "insolidaria, dictatorial, muy inculta", agradece que estas personas, "sabiendo que si se chivaban podían ser incluso premiadas con mucho dinero", no lo hicieran y le dieran su cariño y amistad, algo que para él es "inolvidable".

Protagonizó en este barrio una "dura huida", ya que la Guardia Civil estaba rodeando la vivienda y tuvo que saltar por los tejados y ocultarse junto a sus hermanos en un cerro, desde el que vieron cómo sacaban a sus dos hijos, de 9 y 6 años, a punta de rifle, ha relatado emocionado a los periodistas.

Desde entonces había regresado a Málaga "más bien de pasada", y ni siquiera había pisado el barrio de Mangas Verdes para el rodaje de la película "El Lute, mañana seré libre" porque "no me llamaron", ha puntualizado.

En la jornada ha descubierto un mosaico que conmemora su historia y ha compartido un desayuno con alumnos de sexto de Primaria del colegio Angel Ganivet y numerosos vecinos, antes de participar esta tarde en una mesa redonda con representantes de entidades que desarrollan programas de reinserción con menores infractores.

El Lute ha incidido en la importancia de la formación al recordar que entró en la cárcel a los 22 años "siendo analfabeto", y que fue en prisión donde se adentró "en la cultura de la 'aeiou'", que le descubrió "un mundo nuevo", tras lo que se licenció en Derecho Penal porque pensaba que "quizá podía remover los cimientos del sistema".

Cuestionado si se arrepiente de su pasado ha afirmado: "Mea culpa, no", para añadir que le hubiese gustado tener "la suerte" que tienen los niños actualmente de empezar a leer y sumar a corta edad, una oportunidad con la que "de el Lute no se hubiese hablado nunca, quizá de don Eleuterio".

Debido a la notoriedad de sus fugas, los escolares le han preguntado si le resultaba fácil escaparse de la cárcel, a lo que ha respondido, entre risas, que "no, en absoluto". "Si para algo están construidas las cárceles, no es para rehabilitar y regenerar como nos dicen, sino para que no se fugue nadie", y es un "principio humano" que el preso busque la libertad. "Yo busqué la libertad -ha subrayado- y la conseguí".

Sánchez, que llegó a estar condenado a muerte en 1965 y fue indultado en 1981, ha aclarado que tiene edad para estar jubilado, pero no lo está porque salió de la cárcel, después de 18 años, "con una mano detrás y otra delante". "Hoy los presos cuando salen de la cárcel salen con un subsidio de desempleo y el tiempo que han estado les cuenta como cotizado a la Seguridad Social. En mi época, no", ha explicado.

Autor de seis libros, tres de ellos de memorias, es poco activo en redes sociales, pues a pesar de tener perfil en Facebook, la Asociación de Vecinos Mangas Verdes ha tardado en poder localizarlo a través de esta plataforma para organizar esta jornada.

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