Málaga

Málaga se convierte en casa de acogida de 3.000 peregrinos

  • Parroquias, hermandades, residencias religiosas y viviendas particulares alojan estos días a miles de jóvenes en su última parada en vísperas de la JMJ de Madrid

Estos días, Málaga se convierte en la casa de acogida de miles de peregrinos que hacen una última parada en el camino antes de su destino final: la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), junto al Papa Benedicto XVI, que tendrá lugar en Madrid. Alrededor de 3.000 conviven en diversos puntos de la ciudad, alojados en hermandades, parroquias, polideportivos, residencias religiosas y hasta casas de particulares.

El desembarco oficial de los jóvenes se produjo ayer, aunque el goteo de peregrinos ha sido constante desde que comenzó el mes. "Los primeros llegaron el día 7 de agosto", señaló Miguel Ángel Vargas, el hermano mayor de la Hermandad de la Salud. Su meta sin duda es Madrid, pero estas jornadas previas, conocidas como los días en la Diócesis, permiten conocer otras realidades católicas del mundo. "Esto nos da la posibilidad de compartir nuestra fe de una manera más cercana, enseñar la historia y la vida de la Iglesia", declaró Miguel Ángel Gamero, consiliario de Juventud de la Diócesis, quién además subrayó la importancia de estos encuentros por alejarse del carácter multitudinario de la JMJ en Madrid.

Son más de 30 las nacionalidades que se han reunido en la ciudad por este motivo, procedentes de países como China, Canadá, Estados Unidos, el Congo, la República Checa, Venezuela, Rumanía o Estados Unidos. "Esto es espectacular, increíble, no me esperaba esta unión", aseguró Andrea Parra, una de las jóvenes. Ella, procedente de Venezuela, cuenta que lo mejor de estos encuentros es comprobar que "la fe la tenemos todos, no importa el país del que seamos. Eso es hermoso".

Así, respecto a la cita en Madrid, Andrea explicó que acude con ilusión. "Se que va a ser algo fantástico, voy como si fuese una esponja, dispuesta a absorber y aprender todo lo que me enseñen los compañeros", declaró. En su mismo grupo, otros peregrinos viajaron desde Venezuela hasta Málaga. "Llevamos más de año y medio preparando el viaje", ha sido un camino duro para reunir el dinero suficiente para el viaje, pero a su juicio merece la pena. "Hemos recibido una formación espiritual, para venir con la convicción de que somos peregrinos, no turistas", subrayó Zaira Vega, a lo que añadió: "Sé que esto es un regalo de Dios".

Junto a ella, Manuel Useche explicó que la experiencia es "gratificante" por ver tanta diversidad cultural. "Ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos, a pesar de las distintas lenguas, todos tenemos un mismo idioma, el de la fe", dijo. Gabriela Serrano, una joven canadiense, se mostró "muy ilusionada" por poder vivir esta experiencia en España. "Fue maravilloso conocer gente de Málaga y de otros países", señaló.

Estos peregrinos llegan a Málaga con un ritmo frenético de actividades: seminarios, eucaristías, oraciones, talleres y hasta jornadas de playa y visitas turísticas, lo que hace que ésta también sea una oportunidad para conectar con otras culturas y visitar la ciudad. Incluso tendrán ocasión de visitar la Feria de agosto, ya que mañana en el auditorio del Real Cortijo de Torres se producirá un acto multitudinario, presidido por el obispo Jesús Catalá. Esto constituye un anticipo de lo que los jóvenes experimentarán en Madrid a partir del próximo lunes, día en que partirán hacia la capital de España. Además, junto con los 3.000 peregrinos, viajarán unos 2.000 malagueños.

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