Málaga

Málaga, primer día con el nuevo límite de velocidad a 30 kilómetros, entre la sorpresa y el desconocimiento

  • La mayoría de los conductores admite su ignorancia con la entrada en vigor de la medida 

  • La Policía Local realiza una labor informativa y, sobre todo, disuasoria estas primeras jornadas

Dos agentes de la Policía Local, junto a un radar móvil, en la calle Victoria

Dos agentes de la Policía Local, junto a un radar móvil, en la calle Victoria / Marilú Báez

Desconocimiento y sorpresa. Dos términos con los que definir, grosso modo, el modo en que muchos conductores se enfrentan desde hoy a tener que circular a un máximo de 30 kilómetros por hora por el 73% de las calles de Málaga capital. La entrada en vigor de los nuevos límites, conforme a lo dispuesto en la última modificación de la norma de circulación a nivel nacional, ha pasado casi desapercibida para muchos. 

Un detalle que obliga a reflexionar por la escasa difusión que se ha dado a esta cambio, de enorme trascendencia, a lo que se suma la decisión del Ayuntamiento de no instalar señales informativas. "No sabía que desde hoy hay que ir a 30 kilómetros", confiesa Rubén, que tras bajar por por Calzada de la Trinidad se dirige hacia Plaza de Bailén. 

Su cara es de sorpresa cuando se le informa de la aplicación desde este martes de estos nuevos valores de velocidad permitida. En esta misma vía, un taxista confiesa su desconocimiento. Da incluso por hecho que no será hasta que señalicen las calles cuando entrará en vigor. 

Una motocicleta pasa junto al radar instalado en la calle Victoria. Una motocicleta pasa junto al radar instalado en la calle Victoria.

Una motocicleta pasa junto al radar instalado en la calle Victoria. / Mariú Báez

En calle Sevilla, una vía de un único carril, se encuentra estacionado Juan. Por lo que comenta algo sabe de lo de los 30 kilómetros por hora, que desde su empresa les han informado. Pero ignora en qué calles. "Tendrían que precisar cuáles son las calles donde se cambia la velocidad, porque adivinos no somos", dice, mostrando su contrariedad con la decisión. "Muy de acuerdo no estoy", apostilla.

En este mismo eje, que conecta el entorno de Martiricos con la Trinidad, Antonio acaba de 'mal aparcar' su furgoneta de reparto. A diferencia de la gran mayoría, asegura que sí sabe lo de la nueva limitación de velocidad. "Lo vi anoche", apunta. Marcelo, en la calle Mármoles, confirma que ya sabía lo de la puesta en marcha de los nuevos límites. "Hay muchas que ya están señalizadas pero la gran mayoría no", dice con pesar. "Como pongan radares nos van a crujir", expresa.

"Como pongan radares nos van a crujir", expresa un conductor

Por el momento, Marcelo puede quedarse tranquilo, porque la voluntad de la Policía Local no es la de acribillar a sanciones a los conductores. Al menos a aquellos que incluso superando el nuevo límite lo hagan con cierta moderación. Su labor, "hasta nueva orden", como precisa uno de los agentes, es el de realizar una labor informativa y, sobre todo, disuasoria en alguna de las calles donde se pasa de 50 a 30.

Una unidad compuesta por un oficial y otro agente, acompañados de un radar móvil, controla el movimiento a primera hora de la mañana en la calle Victoria. "Allí ha caído uno que iba a 39 kilómetros por hora", exponen. Los demás, precisan, han ido más despacio. Algo a lo que contribuye la presencia policial. "En el momento que nos ven bajan la velocidad", admiten.

Esto es justamente lo que ocurre en la calle Bailén, una vía de un solo carril y sentido. Sobre la acera, el radar y los dos policías. Y cada vez que un coche se adentra por la calle se observa un evidente control sobre el pedal de aceleración. Algo que incluso sorprende a los vecinos de la zona que se han acercado interesados. "Un control de velocidad, se ve que funciona, porque mira que despacio ha ido ese rojo, normalmente no respetan ni los 50 cuando pasan por aquí", comenta una de las personas que ha querido ver de cerca qué es lo que ocurre.

El radar, colocado sobre un vehículo camuflado de la Policía Local, en la calle Bailén. El radar, colocado sobre un vehículo camuflado de la Policía Local, en la calle Bailén.

El radar, colocado sobre un vehículo camuflado de la Policía Local, en la calle Bailén. / Marilú Baéz

Salvador Escaño es oficial de la Policía Local y deja claro que la tarea que están desempeñando en estos primeros días de aplicación de la norma es básicamente informativa. Ello no esconde que si algún conductor se excede en su comportamiento se actúe. A los pocos minutos de fijar el control en la calle Bailén aparecen dos agentes motorizados.

Cuenta el oficial que son "unidades de reacción" dispuestas a intervenir en determinadas circunstancias. En particular cuando se asume de la dificultad de poder intervenir contra un vehículo con matrícula extranjera o que supera con mucho el límite marcado.

La vertiente sancionadora está dejada de lado, de momento. Pero desde la Policía advierten de que las consecuencias de apretar en exceso el acelerador se pude dejar notar y mucho en la cartera. Así, superar el nuevo límite de 30 puede acarrear una sanción mínima de 100 euros si el cuentakilómetros se sitúa entre los 31 y los 50 kilómetros por hora. A partir de ahí, 300 si es entre 51 y 60; 400 euros si es entre 61 y 70. Y apuntan que estaría cometiendo un delito si la franja de los 30 se sobrepasa en más de 60 kilómetros.

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