En lo relacionado con el tiempo, una de las cosas más temidas por todo el mundo en Málaga es el terral. Ese viento abrasador que llega del noroeste y que utiliza los cauces de los ríos, el del Guadalhorce fundamentalmente, para canalizarse desde la tierra hasta la costa golpeando sobre todo a la capital, la zona del Valle del Guadalhorce y en la comarca de la Axarquía al municipio de Vélez-Málaga. En sus días más extremos llega a asfixiar y dispara los termómetros por encima de los 35 o 40 grados. Los expertos apuntan a que lo raro en Málaga es que no haya terral, incluso en invierno se produce –aunque en esa época no se haga tan evidente–.

Pero este verano de 2021 pasará a la historia como uno de los que más días de terral ha dejado: 13 en concreto, cuando lo habitual es que, de media, se produzcan diez –y hace solo unos años eran ocho–.“El promedio de días en los que se hayan superado los 35 grados, que es lo que podemos considerar terral caluroso de verano, lo hemos pasado ya, así que sí se puede decir que el terral ha sido bastante abundante”, explicó el director del Centro Meteorológico de Málaga, José María Sánchez-Laulhé.

El mes que rompió este registro fue julio, que arrojó nueve días de caluroso terral, según detalló, confirmando que en dicho mes el número de episodios de este tipo fue “extraordinariamente alto”. “Casi un día de cada dos”, subrayó.

En cuanto a agosto, el mes acaba con un balance de cuatro jornadas de terral –las tres que hubo al final de la ola de calor que afectó a España y el último este pasado sábado–. “Agosto sí ha sido más o menos normal”, aclaró Sánchez-Laulhé. En principio cabe pensar que lo peor ya ha pasado, pero a tenor de las palabras de este experto, todavía en septiembre es posible que se repita algún día de terral con más de 35 grados.

Según explica el director del Centro Meteorológico de Málaga lo sucedido este verano responde a una tendencia observada ya en el siglo XXI a un predominio cada vez mayor del poniente sobre el levante, en comparación con lo que pasaba antes. En este sentido, la excepción fue el año 2020, cuando la provincia disfrutó durante el verano de muchos más jornadas de viento de levante y gracias a ello esquivó al terral y los valores tan extremos que lo acompañan, a pesar de que la Península registró tres olas de calor.

“Son unas circunstancias muy particulares las que tiene Málaga como provincia, incluso como ciudad”, comenta, haciendo referencia a que a pesar de todo esto –y más allá de lo vivido en la capital– el verano no ha sido especialmente caluroso en el conjunto de la provincia. “En Málaga ciudad el verano ha sido muy caluroso, según los registros de temperaturas de la estación del Aeropuerto y a falta de los datos finales, pero en la provincia la situación ha sido muy dispar con relación a los últimos años y no se puede decir que haya sido muy caluroso”, señaló.

Es precisamente otra de las consecuencias del gran número de días de terral: el contraste de temperaturas entre diferentes puntos de la misma provincia. Así, mientras que en Málaga capital y el Valle del Guadalhorce o municipios como Vélez el verano ha dejado temperaturas más altas de lo habitual, en otros lugares como Marbella, por ejemplo, se ha vivido un verano más fresco precisamente porque este viento contribuye a que el agua del mar esté más fría y eso, en aquellas zonas costeras que no se ven tan afectadas por él, hace que bajen las temperaturas. En el interior, tomando como referencia Antequera, salvo días puntuales en la ola de calor los valores se han mantenido dentro de la media.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su predicción para los meses de verano y también septiembre y octubre ya avanzó que estos serían más calurosos de lo normal, con temperaturas que podrían estar unos 0,5 grados por encima de la media.