Málaga a vista de chimeneaMálaga a vista de chimenea

A vista de chimenea, Málaga se ve de manera distinta, más que verse, se contempla. Desde los 96 metros de altura del vestigio industrial situado en la zona de Huelin, a pie de playa, la ciudad de los atascos, de la obra del Metroý esconde sus heridas y deja asomar su verdadera dimensión. Con la Catedral, lejana, empequeñecida por la distancia, a un lado; la desembocadura del Guadalhorce, en el otro extremo, y la inmensa urbe, de fondo. Ese es el escenario que pudieron mirar ayer los privilegiados que escalaron el andamiaje que aún abraza esta afilada cima formada por ladrillos, cemento y hierro y que, en unas semanas, mostrará con esplendor su recién terminada rehabilitación.

Los trabajos, desarrollados durante algo más de un año por la empresa Hermanos Campano, ha supuesto una inversión municipal de algo más de medio millón de euros, dinero con el que se ha restaurado toda la fábrica de ladrillo, se han eliminado las pintadas que había sobre ella, se han reconstruido los últimos catorce metros de la instalación y se instalará un pararrayos. "Se trata de una construcción que muestra la historia de la ciudad", afirmaba el alcalde, Francisco de la Torre, tras descender de las alturas.

La chimenea de Huelin data del año 1923 y formaba parte de la fundición de hierro existente en la zona, que llegó a dar trabajo a más de 300 personas en los años cincuenta. Fue inaugurada oficialmente por el general Miguel Primo de Rivera y es uno de los más fieles exponentes de una de las etapas económicas más relevantes de la ciudad. Su enormidad, que se traduce en 96 metros de altura, la mayor en su época, es equiparable a su historia.

Pero este ejemplo de arqueología industrial es también uno de los grandes iconos de Málaga en las últimas décadas. Sobre ella se forjó una leyenda que tuvo por nombre Mónica y que resume el relato de amor de un joven que, tras una pelea adolescente con su novia, decidió encumbrar a su amada pintando su nombre sobre este gigantesco cilindro. Lo que en su momento pudo entenderse como anécdota o vandalismo, casi quince años después se mantiene en el imaginario colectivo malagueño como uno de los más hermosos símbolos de emotividad.

Es por ello que el proyecto de recuperación de la chimenea, que borra la famosa pintada, mantiene un gesto de recuerdo con Mónica y su alocado enamorado (actualmente matrimonio). En concreto, según informó el regidor del PP, se incluirá una leyenda en la que, tras detallar los orígenes de la construcción, dirá: "La chimenea también se conoce popularmente con el nombre de Mónica, debido a la pintada que, sobre los años noventa, un intrépido enamorado realizara sobre ella, con riesgo de su vida, para reconciliarse con su novia".