Mandarinas desde el árbol a casa por internet
Agricultura Innovación en un sector tradicional
Una empresa de Cártama crea una página web y despacha frutas frescas a cualquier punto de la península en 24 horas · En un mes ya ha comercializado 1.500 kilos
¿Cuántas veces se ha quejado usted de que la mandarina que está comiendo no sabe a nada, está aguada, sabe a río o no es como las de antes? No es una simple apreciación, sino una realidad caracterizada por el nuevo sistema de envasado y comercialización que imponen las grandes cadenas comerciales, que recogen la fruta con meses de antelación y la almacenan en cámaras frigoríficas sacándolas poco a poco a la venta en función de sus intereses comerciales. Incluso, en el caso de las mandarinas, se decoran para que parezcan más apetecibles.
Los agricultores pasan por el aro -no les queda otro remedio- pero no todo el mundo se resigna. Ignacio Liñán es un ejemplo. Explota una finca de 93 hectáreas en Cártama propiedad de su familia política y ha decidido vender una parte de su producción de mandarinas a los clientes finales directamente por internet. La página se llama www.mandarinasgourmet.com y apenas lleva un mes operativa aunque, por ahora, "estamos teniendo éxito ya que hemos comercializado unas 150 cajas de 10 kilos cada una principalmente a clientes de Madrid, Santander o Málaga", explica Liñán.
El valor añadido es que la mandarina se recoge del árbol y, al día siguiente, está en la casa del cliente, sin ningún tipo de tratamiento intermedio. El proceso no puede ser más sencillo. "Cortamos la mandarina del árbol, la echamos a una caja, la envasamos, le ponemos una etiqueta, a las 18:00 llega la camioneta de Seur y al día siguiente está entregada en cualquier punto de España o Portugal", subraya el empresario. Por ahora sólo venden en la península ya que enviar el producto a Canarias, Baleares, Ceuta o Melilla eleva los costes y no sale rentable.
El precio de la caja es de 30 euros -incluye el porte- por lo que el kilo sale a tres euros. En un supermercado se puede encontrar un kilo a menos de un euro -a Liñán se lo compra la mayorista a 25 céntimos- pero la diferencia está en la calidad y frescura del producto.
Liñán ha estado toda su vida ligado al mundo de la informática. Trabajó como programador durante 17 años, fue director comercial de una firma llamada Miracle y ahora ha aplicado todo su conocimiento a la página web. De hecho, la empresa también tiene un blog y está activa en Facebook y Twitter. "Hemos querido desmarcarnos de la competencia. Por ahora todo el que ha probado las mandarinas y le gusta comprar por internet nos ha dado comentarios positivos", señala.
Cualquier particular puede encargar su pedido, aunque también han abierto la posibilidad de hacer regalos de empresa -una compañía les acaba de encargar 86 cajas- o enviárselas a un familiar o amigo. Vía internet, el comprador puede saber en todo momento el estado del envío.
La mandarina tiene una campaña de dos meses. A partir del lunes empezarán a vender naranjas y, en febrero, limones. El problema es que la campaña de cítricos dura apenas seis meses y Liñán aún no sabe qué hacer para mantener la actividad el mayor tiempo posible del año. "Estamos barajando ideas para ver cómo podemos mejorar los procesos", afirma.
Innovar o morir. Lamentablemente en el sector de los cítricos en Málaga hay pocas alternativas. La competencia de mercados exteriores mucho más baratos como Sudamérica o Sudáfrica, una producción reducida, una excesiva atomización de las explotaciones agrarias, unos precios ridículos y una enorme dependencia de las grandes cadenas de distribución han puesto contra las cuerdas a un sector del que viven miles de personas en el Valle del Guadalhorce. Se ha intentado, en algunas ocasiones, hacer algún que otro proyecto conjunto, buscar un valor añadido... pero nada. Al final, cada agricultor tiende a hacer la guerra por su cuenta.
Liñán ha apostado por internet. Tiene tres ventajas: el crecimiento de usuarios en la Red; la posibilidad de encontrar clientes en cualquier ciudad sin elevar su coste; y la exigencia cada vez más manifiesta de los consumidores por adquirir productos con la mayor frescura posible. Acaba de empezar con la web pero ya la tiene posicionada en los principales portales y, por ahora, está teniendo éxito. A falta de concentración empresarial -una de las demandas del sector-, hay que innovar. No queda otra.
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