Málaga

De Marbella a Palma de Mallorca

  • La seguridad marcó una estancia de cinco días que dejó satisfecha a la primera dama norteamericana

La noticia que revolucionó España saltó el pasado 25 de julio: Michelle Obama, la esposa del presidente de los Estados Unidos,  Barack Obama, elegía Marbella para pasar unas pequeñas vacaciones con su hija pequeña Sasha. Desde un primer momento se descartó la presencia del líder mundial, aunque nunca se cerró la puerta del todo a esta opción ante la coincidencia de su 49 cumpleaños. Un año después, se recuerda como si fuera ayer el viaje de Michelle. Un viaje de cinco días que arrancó en Marbella para acabar en Palma de Mallorca, donde almorzó en el Palacio de Marivent con los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía.

 

Pasadas las 11:30 de tal día como hoy hace un año, Obama aterrizaba en el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol. Directamente se fue al Villa Padierna, hotel de cinco estrellas que gestiona Ritz-Carlton que es considerado uno de los más lujosos del mundo. "Vengo a descansar y relajarme", dijo a su llegada. Destacan la normalidad con la que transcurrió su estancia, aunque no dejó de acompañarla un férreo dispositivo de seguridad formado por miembros del servicio secreto estadounidense. Entre agentes y amistades, la comitiva alcanzó las 70 personas, para las que se reservaron unas 60 habitaciones en una villa anexa al hotel. No faltaron críticas en Estados Unidos por su "ostentación".

 

El primer día conoció el centro de Marbella. Luego visitó Granada, en donde disfrutó de la Alhambra y flamenco en el Sacromonte, las playas de Estepona y Ronda y su plaza de toros. Cinco días frenéticos con cierre en Palma. Mar, compras, cultura y gastronomía. Su recorrido le satisfizo tanto que, cuentan, está dispuesta a volver.

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