El Marisquero protagoniza el primer desahucio de un local en Muelle Uno
El propietario desocupa hoy el espacio y debe pagar unos 32.000 euros a la empresa Dice que el juez le condona la luz y el agua
La difícil situación económica por la que atraviesa el centro comercial Muelle Uno, asentado en el puerto de Málaga, se cobra su primer desahucio. Los dueños del Marisquero, local de pescado que abrió sus puertas al mismo tiempo que lo hizo la bautizada como nueva calle Larios, entregan esta misma mañana las llaves del establecimiento ante su negativa a pagar las cantidades exigidas por la promotora del espacio y tras la decisión de un juzgado de la capital. El fallo, según relata el dueño de este local, Francisco Ortega, le obliga a abonar del orden de 32.000 euros, si bien le condona a tener que hacer frente a otras importante cantidad en concepto de luz y agua, entre otros elementos.
A la espera de que esta misma mañana se materialice la desocupación, Ortega y sus empleados trabajaban en la tarde de ayer en el desmontaje de parte de las instalaciones. Pero no de todas, porque su intención es dejar el equipamiento para que sea valorado y sirva como compensación económica a la empresa.
El desahucio, sin embargo, no fue asumido por este empresario como una mala noticia. Muy al contrario, lejos de penar por lo ocurrido, celebraba botella de cava incluida, su marcha de Muelle Uno. "Soy la persona más feliz del mundo; me voy de Guantánamo", afirma Ortega en un intento por enfatizar las condiciones a las que están obligados los comerciantes de este espacio.
"Soy feliz de marcharme, porque tengo otros negocios y éste lo que me daba eran calentamientos de cabeza", explicaba mientras mostraba una copa en la mano, al tiempo que enfatizaba: "ya no estoy amargado, se me ha quitado el amargamiento". Los mensajes del dueño del Marisquero coinciden en buena medida con el de otros muchos comerciantes que vieron en Muelle Uno una oportunidad de negocio.
"Me siento engañado; dijeron que iban a colaborar con nosotros; el problema de ellos es que quieren ser el niño, el cura, la madre, el padre y el padrino en el bautizo, y eso no puede ser, cada uno tiene que tener una misión; los que más pierden aquí somos nosotros", insistió. Incluso, añadió: "Yo he buscado el desahucio, porque no he pagado; podría seguir, pero no me interesa; estar aquí es amargarme la vida y para qué".
La realidad económica de Muelle Uno tiene a El Marisquero como el primer damnificado, si bien algunas fuentes próximas al espacio insisten en que hay al menos otros dos locales en una situación semejante, con el desahucio a la vuelta de la esquina. Uno de los comerciantes afectados subraya cómo la promotora trata de cobrar el consumo eléctrico a los locales, en su caso paga unos 2.200 euros mensuales, "cuando ellos siguen con el enganche de obra".
Sin embargo, los hechos ponen de relieve lo desatinado de la previsión. De acuerdo con los datos que maneja la Asociación de Comerciantes de Muelle Uno, que integra a una decena de empresarios, la inmensa mayoría de los locales se ven incapaces de pagar las cantidades exigidas por contrario por la promotora del centro.
Junto a las cláusulas contractuales y las obligaciones de pago, el principal escollo es la ausencia de público durante la mayor parte del año, a lo que se añaden las denuncias por una inadecuada 'venta' del Muelle Uno. Asimismo, los actuales inquilinos del centro comercial lamentan que Muelle Uno siga sin atraer a los miles de cruceristas que llegan cada mes al puerto y que prácticamente no paran en el lugar.
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