“Del cáncer de cuello de útero hay que protegerse con la vacuna del VPH, el cribado y el preservativo”

Marta Martínez Díez | Ginecóloga

La ginecóloga aconseja a los padres de niños varones que los vacunen, una inmunización que es gratuita en el SAS a los 12 años

Casi 10.000 varones de 12 años pueden vacunarse en 2023 en Málaga contra el papiloma

Ginecólogos de Málaga advierten que el papiloma es un problema de todos, no sólo de la mujer

Marta Martínez Díez.
Marta Martínez Díez. / Javier Albiñana

Málaga/–Los controles ginecológicos de cribado contra el cáncer de cuello de útero van a cambiar ¿Por qué?

–La Organización Mundial de la Salud ha establecido como objetivo la eliminación del cáncer de cuello para el año 2030. Esto significa llegar a una incidencia de 4 casos por 100000 habitantes. El Ministerio de Sanidad publicó en septiembre del 2018 una modificación del Real Decreto que establece la cartera de servicios comunes del SNS y el procedimiento para la actualización del cribado del cáncer de cuello de útero, que debe estar completamente establecido para el año 2028.

–¿Qué cambios habrá?

–Hasta ahora se realiza un cribado oportunista, en el cual se capta a la mujer que acude al centro de salud por cualquier motivo o porque la paciente acude al ginecólogo y en ese momento se realiza la citología. El objetivo es que se realice la prueba de cribado de manera poblacional, esto es, basado en el censo de tal forma que se realice la citología como prueba a todas las mujeres entre los 25 y los 34 años y la determinación del virus del papiloma humano (VPH) entre los 35 y los 65 años. De esta manera ninguna mujer queda fuera del cribado de cáncer de cuello y se llegará a una cobertura de cribado del 100%.

–La vacunación también protege frente al cáncer de cuello de útero. En Andalucía desde enero pasado se vacuna dentro de calendario vacunal a los niños de 12 años. ¿Qué opina de la vacunación a los varones?

–Me parece un paso adelante hacia la equidad. La vacunación debe ser universal. No debemos olvidar que el virus del papiloma humano produce cáncer de cuello uterino, pero también es responsable de los condilomas o verrugas genitales que afecta tanto a hombres como a mujeres, y de otros cánceres que afectan a ambos géneros, como el cáncer anal o bucofaríngeo, y en un menor porcentaje del cáncer de pene, vulva o vagina.

–¿Aconseja a un padre con un hijo varón que lo vacune contra el VPH?

–Totalmente. Dentro de calendario la vacuna está financiada en Andalucía para los niños de 12 años y esto será posible en todas las comunidades autónomas en un corto espacio de tiempo, pero cualquier varón mayor de 9 años puede vacunarse y así lo aconsejo. No estará financiada, pero sí recomendada.

–Fuera de calendario vacunal, ya sea mujer o varón, si ya se han iniciado las relaciones sexuales, ¿se pueden vacunar?

–Por supuesto que sí. No importa que se hayan iniciado las relaciones sexuales. Es cierto que la mayoría de las personas que inician relaciones se van a infectar por el virus, pero también la mayoría de ellos van a eliminarlo. La posibilidad de que una persona esté infectada por todos los genotipos de la vacuna es mínima, por lo cual, siempre se beneficiará de vacunarse. La vacuna es profiláctica, preventiva, no es terapéutica. No te va a eliminar el virus si estás infectada/o, ni la posible lesión, pero sí disminuirá el riesgo de adquirir otros o de tener otras lesiones. No debemos olvidar que los hábitos sexuales han cambiado. Divorcios, nuevas parejas, sexo oral… la prevención es importante.

–Hay mujeres que por pudor o miedo al resultado son reacias a la citología o a la realización de la toma del VPH. ¿Qué les diría?

–Les diría que una prueba que no es dañina ni invasiva y que le puede prevenir de tener un cáncer, debe hacérsela. La mayoría de las pacientes que tienen un cáncer de cuello es porque no se han hecho nunca una citología. No debería morir ninguna mujer de un cáncer que es prevenible. Así que les diría que practiquen sexo seguro, que se vacunen y que si le llaman para una citología o una determinación del virus, que no duden en acudir.

–¿Las pacientes con lesiones producidas por el VPH o con cáncer de cuello se sienten estigmatizadas?

–Totalmente. Prácticamente todo el mundo que mantiene relaciones sexuales se infecta por el virus, pero las pacientes que desarrollan una lesión, que son las mínimas, se sienten culpables, creen que tienen una lesión porque han hecho algo mal, y algunas incluso son reacias a seguir manteniendo relaciones sexuales, incluso con sus parejas. Y es triste que las pacientes, muchas de ellas jóvenes, modifiquen su relación con sus parejas o queden tocadas para siempre. La infección por el virus es casi inherente al hecho de mantener relaciones, debemos protegernos frente a él, pero no sentirnos culpables por infectarnos.

–Se habla de violencia obstétrica, y se cuestiona la actuación de los profesionales, ¿qué le parece?

–Como ginecóloga que soy, intento siempre actuar por el bien de la paciente y del feto. Entiendo que determinadas técnicas fuera de contexto puedan no comprenderse, pero el beneficio que buscamos es dar a una madre un hijo sano, con acciones o instrumentos con una utilidad demostrada, y que usadas de manera adecuada no son perjudiciales, sino al contrario, beneficiosas y necesarias. Por encima de médicos, somos personas, muchos de nosotros madres y padres que empatizamos completamente con los miedos, sentimientos y deseos de las pacientes.

Entregada a una vocación que viene de familia

A Marta Martínez Díez le apasiona su profesión. Y se le nota; en sus palabras y en su currículum. Se licenció en Medicina por la Universidad de Málaga en 2000 y cinco años más tarde acabó la especialidad de Ginecología y Obstetricia en el Materno Infantil de esta ciudad. Desde entonces no ha parado de acumular experiencia asistencial, docente e investigadora. Está subespecializada en patología del tracto genital inferior y ginecología oncológica. Trabaja en el Hospital Materno Infantil, en el Centro Adeslas de Málaga capital y en la Clínica Doctores Martínez, de Fuengirola, que comparte con su padre, también ginecólogo. Y es que la vocación viene de familia.

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