Málaga

Médicos de Málaga sobre los accidentes de patinetes: “Estamos como en los peores tiempos de las de motos”

Dos jóvenes en patinete por el centro de Málaga.

Dos jóvenes en patinete por el centro de Málaga. / Javier Albiñana

No es un estudio con datos, pero es la conclusión de facultativos que atienden a los heridos en accidentes protagonizados por patinetes; sean caídas, choques o atropellos: un alto porcentaje presenta lesiones óseas o cranoencefálicas de distinto grado y, en algunos casos, derivan en dependencia.

“Estamos como en los peores tiempos de los accidentes de motos”, opina el jefe de Urgencias del Hospital Clínico, Francisco Temboury. Cuenta que en cada guardia de Traumatología, a la semana, se suele atender un par de accidentes de este nuevo vehículo que facilita la movilidad, pero multiplica el riesgo.

El jefe de Neurocirugía del Hospital Regional, Miguel Ángel Arráez, apunta: “El patinete no ofrece ninguna protección. La moto tiene ciertos elementos de protección, pero en los patinetes la estructura es minúscula y predomina la anatomía del conductor, de modo que el impacto es directo”.

Estos vehículos pueden ir hasta 25 kilómetros por hora. “Pero esa es una buena velocidad para matarse y si no llevan casco, aumenta el riesgo de traumatismo cranoencefálico”, advierte Arráez. De hecho, estima que en las caídas, en torno a la mitad de los accidentes se produce este tipo de lesiones de diferente gravedad. En algunos casos, afortunadamente los menos, el paciente fallece. Y hay una proporción en la que, según afirma el neurocirujano, quedan con “un daño cerebral crónico y con muchísima dependencia”.

Una persona en patinete por una zona peatonal del centro de Málaga. Una persona en patinete por una zona peatonal del centro de Málaga.

Una persona en patinete por una zona peatonal del centro de Málaga. / Javier Albiñana

Málaga –por el clima, por la estructura de la propia ciudad y también por el uso que muchos turistas hacen de este medio de transporte– es un lugar en el que la irrupción del patinete ha sido muy fuerte. Y a más vehículos de este tipo, más accidentes. Según datos de la Policía Local de la capital, el pasado verano se produjeron a razón de casi seis incidentes por semana entre junio y agosto. De acuerdo a la información municipal, se registraron en ese periodo 78 sucesos relacionados con patinetes eléctricos, producidos por 85 causas diferentes (Algunos se relacionaron con más de una causa). Pues bien, de ellas, sólo en 15 casos fueron ajenas al piloto. El resto –70– se debió a diferentes infracciones del conductor. En resumen, la mayoría. 

Hay que tener en cuenta que los casos en los que interviene la Policía Local o que llegan a un centro sanitario porque requieren asistencia son solo la punta del iceberg. Porque los que se saldan sin lesiones de cierta gravedad, la mayoría de las veces quedan en un susto sin que consten en ninguna estadística, atestado policial o atención sanitaria.

El jefe de Traumatología del Hospital Quirónsalud Málaga, Rafael López Arévalo, estima muy a grosso modo, que en torno al 40% de los accidentados –sea el propio conductor o el atropellado– presenta lesiones óseas. Éstas, según la gravedad, precisan inmovilización, yeso e incluso operación.

También según sus estimaciones –no fundamentadas en un estudio estadístico, sino en la experiencia de su Servicio–, calcula que en dos de cada tres casos, el herido es el propio conductor que sufre una caída o colisiona con otro vehículo o algún objeto. En el otro tercio de los incidentes en los que se ven involucrados los patinetes, el herido suele ser una persona que es atropellada. Éstas, según López Arévalo, suelen ser “niños, que van más despistados, o personas mayores, que tienen menos reflejos” a la hora de esquivarlos.

Quienes atropellan, suelen ser jóvenes “que van a cierta velocidad”. Hay muchos casos en los que los accidentes de patinete se saldan con fracturas. Según el jefe de Traumatología de Quirón, éstas suelen ser de muñeca y codo en el caso del conductor de estos vehículos y de cadera, tibia o tobillo entre los atropellados.

La proliferación de estos vehículos de movilidad personal ha llevado a la Dirección General de Tráfico y a los ayuntamientos a establecer normas más restrictivas para tratar de aumentar la seguridad de conductores y viandantes. La velocidad límite se ha establecido en 25 kilómetros por hora. Sus conductores tienen obligación de llevar casco y tener seguro y de desplazarse por la calzada o por carriles bici.

“De momento, creo que seguimos viendo aproximadamente los mismos casos que hasta ahora”, apunta López Arévalo. Se refiere a que aún no se aprecia una reducción de accidentes tras la entrada en vigor de las nuevas normativas –más restrictivas– para tratar de prevenirlos. El traumatólogo señala que por su experiencia, los accidentes con patinete se producen más entre semana. En este punto advierte también sobre los incidentes de mountain bike con heridos. Estos suelen ocurrir los fines de semana. “Hay personas que hacen descenso de montaña y acaban con lesiones importantes por una caída debido a una piedra inesperada”, comenta. Accidentes que pueden ocasionar luxaciones de hombro o fracturas de tobillo, tibia o muñeca.

Volviendo a los patinetes, el jefe de Neurocirugía del Regional opina que en la elevada proporción de accidentes influye “cierta anarquía” en los desplazamientos en los que estos invaden aceras o pasos de peatones. Una “situación asilvestrada” y de “cierta falta de control” que, cree, aumenta la probabilidad de accidentes no sólo para el conductor sino para otras personas que pueden ser atropelladas.

Temboury –que además de su experiencia como jefe de Urgencias conoce la realidad cotidiana de estos incidentes porque su mujer y su hijo son traumatólogos– insiste en la importancia de que sus usuarios se pongan casco: “Un golpe en la cabeza sin protección supone mayores lesiones que con casco. Los conductores de los patinetes van a cuerpo limpio y si no llevan casco, el impacto es de lleno. Además, hay carriles en los que compaginan patinetes con vehículos y ellos son los más débiles; más débiles incluso que una moto”.

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