Solidaridad

Mercadona, la mano solidaria de El Buen Samaritano y Colichet

Cocineras de El Buen Samaritano recepcionan los alimentos.

Cocineras de El Buen Samaritano recepcionan los alimentos. / Javier Flores (Churriana)

La residencia El Buen Samaritano de Churriana lleva más de 30 años atendiendo a personas mayores que tienen una gran incapacidad o que no cuentan con recursos suficientes para poder acceder a una plaza en una residencia, dando servicio en la actualidad a 110 personas. Cerca de allí se encuentra la residencia Colichet, que atiende a personas con VIH, siendo en la actualidad 14 las personas que son residentes. Dos centros que realizan una gran labor social y que hacen que la vida de personas que necesitan una importante ayuda pueda ser más fácil cada día, ya que sin estos centros su día a día sería mucho más complicado.

Un trabajo que conlleva unos enormes gastos para poder mantener el funcionamiento de las instalaciones y la atención de los residentes en las mejores condiciones, por lo que cada día tienen que hacer un gran esfuerzo para conseguir cuadrar las cuentas de gastos e ingresos. Y es que además del gasto en personal que requieren este tipo de centros asistenciales, algo fundamental para este trabajo, también tienen que afrontar otros como cualquier familia, siendo la comida y la electricidad, por este orden, los más importantes, según explica el director de la residencia, Patricio Fuentes.

Eso sí, desde hace unos cinco meses cuentan con un benefactor especial que está haciendo que conseguir que los fríos números cuadren para poder mantener el alma de este proyecto sea algo más fácil. Y es que desde entonces están recibiendo donaciones diarias de la tienda que la cadena de alimentación Mercadona posee en la barriada a través de una ruta diaria que primero llega a la residencia Colichet y luego a la del Buen Samaritano.

Lácteos en la zona para donaciones en la cámara de refrigeración de la tienda. Lácteos en la zona para donaciones en la cámara de refrigeración de la tienda.

Lácteos en la zona para donaciones en la cámara de refrigeración de la tienda. / Javier Flores (Churriana)

Sin donaciones como las de Mercadona sería imposible salir adelante”, afirma con rotundidad Fuentes, que se muestra muy satisfecho por haber iniciado esta colaboración, aunque reconoce que la implicación de la plantilla con la residencia siempre ha sido muy importante. “Los trabajadores por su cuenta organizaron en la pandemia una recogida para ayudarnos”, dice Fuentes, que asegura que “es una colaboración de nuestra tienda del barrio, porque así la sentimos”.

Y es que asegura que la labor que se está realizando con estas donaciones está siendo muy apreciada por la sociedad de Churriana, que ya es ampliamente conocedora de que se está realizando esta colaboración solidaria aunque hasta el momento no se había dado a conocer de forma pública. “Nos ven de entrar y salir con sus inconfundibles cajas verdes y llegar sus furgonetas, sus trabajadores son gente de aquí, todos saben ya que nos están ayudando”, asegura el director, que recuerda que mucho antes Mercadona ya colaboraba con ellos, pero en este caso en un comedor social de Málaga. “Llevan muchos años colaborando con nosotros en el Cottolengo”, señala Patricio, que recuerda con gran cariño aquel inicio de la llegada de la ayuda por parte de la firma de alimentación.

Pedido preparado para ser donado. Pedido preparado para ser donado.

Pedido preparado para ser donado. / Javier Flores (Churriana)

Unas donaciones que permiten mantener una alimentación de calidad para sus residentes en función de las recomendaciones que tiene cada uno de ellos por parte del médico, al tiempo que pueden disfrutar de algunos “caprichos” cuando vienen alimentos especiales. “Es una maravilla poder dar un puré natural para aquellas personas que los necesitan, no tiene nada que ver con aquellos que vienen ya preparados”, señala Fuentes, que destaca la amplia gama de productos que reciben cada día y las opciones que les ofrecen a ellos para la preparación de las comidas.

Y es que en las rápidamente reconocidas cajas verdes de la cadena llega de todo, principalmente alimentos frescos . Costillas ibéricas, pollo, pollo de corral, perdices, lomo de cerdo, ternera de diversos tipos, verduras, fruta, pan, yogures, pasteles, helados o gazpacho son solo algunos de los alimentos que forman de la donación diaria que reciben y que se reparte entre ambos centros.

Alimentos en las cocinas de El Buen Samaritano. Alimentos en las cocinas de El Buen Samaritano.

Alimentos en las cocinas de El Buen Samaritano. / Javier Flores (Churriana)

En función de las necesidades que tenemos cada uno así nos vamos repartiendo los alimentos”, explica una de las trabajadoras que recepciona la mercancía cuando llega la esperada furgoneta. “Nosotros tenemos a menos personas, por lo que hacemos una selección primera conforme a nuestras necesidades y el resto va todo para la residencia”, explica, mientras selecciona preparados de ensalada, fruta de diverso tipo y algunos cereales para atender las necesidades del día.

Unos alimentos que rápidamente van hacia las cocinas en las que el ajetreo diario ya se encuentra en marcha y esperan algunos de estos productos para poner en marcha los menús que elaboran cada día.

Llegada de los alimentos a la residencia Colichet. Llegada de los alimentos a la residencia Colichet.

Llegada de los alimentos a la residencia Colichet. / Javier Flores (Churriana)

Allí las cocineras reciben la entrega diaria y comienzan a preparar comidas para las personas que atiendan a diario y que disfrutan de una vida tranquila y con todas sus necesidades cubiertas gracias a este tipo de ayudas, ya que, aunque cuentan con plazas concertadas por parte de la Junta de Andalucía, esos ingresos no son suficientes para atender a todos los residentes y los gastos que ello conlleva. Mientras tanto, en la tienda de Mercadona en Churriana cada día se sigue el mismo mecanismo, dando a estos alimentos el mismo trato que reciben aquellos que son vendidos a sus clientes habituales. No hay nada de diferente. De hecho, comparten espacio en sus almacenes y en sus cámaras frigoríficas, con la única diferencia de que están colocados en un apartado destinado a donaciones y que se encuentra señalizado mediante cartelería.

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