Como si se tratara de una especie de mecano de proporciones superlativas, las piezas del Metro de Málaga siguen encajando. Lo hacen con el frenesí propio de una infraestructura en constante cuenta atrás, que busca acortar la distancia que le separa aún hoy, casi 15 años después de la primera piedra, del corazón de la ciudad. 

Lejos de los años en los que el ferrocarril urbano se enfrentaba a un horizonte adverso, atenazado por los problemas económicos y por los evidentes retrasos en su materialización, ahora parece transitar por un escenario carente de obstáculos, lo suficientemente benévolo para asumir como factible su llegada a la estación término de Atarazanas, en la Alameda Principal, en la parte final del próximo año 2022.

Con ese objetivo, cerca de 200 operarios de la unión temporal empresas (UTE) integrada por Acciona y Sando, así como de las otras contratas también vinculadas a la conclusión de los dos tramos ahora en obras (Renfe-Guadalmedina y Guadalmedina-Atarazanas) se afanan en acortar los plazos fijados.

La visita el pasado jueves a la capital de la Costa del Sol de la consejera de Fomento del Gobierno andaluz, Marifrán Carazo, para asistir al inicio de los sondeos geotécnicos necesarios para redactar el proyecto constructivo del Metro al Civil, sirvió además para tomar el pulso de las actuaciones bajo tierra en la Alameda, en la Avenida de Andalucía y Callejones del Perchel.

En buena medida, la intervención sigue centrada en la culminación de la labor de infraestructura del túnel por el que deberán transitar los trenes que ahora llegan a la estación de El Perchel, junto a Renfe. El compromiso es que el paso soterrado esté completado a lo largo del mes de julio o principios de agosto.

Antes de llegar a ese momento, de acuerdo con las previsiones manejadas por la Consejería de Fomento, la idea es que la próxima semana las empresas empiecen a instalar las vías. Cabe recordar el contrato vinculado a la superestructura de vía quedó formalizado a finales del pasado mes de abril, correspondiente su desarrollo a la alianza integrada por Guamar y Azvi. El presupuesto ofertado es de 6,6 millones de euros (incluido IVA), lo que supone una rebaja de unos 2,6 millones de euros. El plazo estimado es de 165 días, lo que equivale a unos 5,5 meses.

Queda aún por formalizar el contrato para la redacción del proyecto de señalización y seguridad ferroviaria, para el que se marca un plazo inicial de cinco meses. Un periodo al que habrá de sumarse, posteriormente, el tiempo necesario para su materialización.