La Junta de Andalucía acaba de poner en marcha el procedimiento de contratación de las obras que permitirán definitivamente transformar la imagen de la Plaza de la Solidaridad, afectada durante una década por las obras del Metro y que seguía pendiente desde hace un años  hacía meses de su reorganización definitiva. Para ello, la Agencia de Obra Pública ha sacado a licitación por un valor de 708.094 euros (IVA incluido) los trabajos necesarios. El plazo estimado es de siete meses. Las empresas interesadas tienen hasta el 24 de junio próximo para presentar sus proposiciones.

Más allá del valor económico de la operación, es importante el simbólico, por tratarse de un punto estratégico del mapa urbano de la ciudad que estuvo ocupado por las obras del suburbano desde abril de 2009 hasta marzo de 2019, fecha en la que se retiró el cerramiento de obra y la maquinaria que permanecía en la glorieta. La dilación en este movimiento fue un reflejo de los problemas económicos y de ejecución que han marcado el devenir del proyecto del ferrocarril urbano desde su origen, allá por mediados de 2006.

Precisamente, la liberación de esta glorieta, con la retirada del cerramiento de obra y maquinaria, fue la primera actuación del nuevo equipo de gestión de la Consejería en materia de recuperación de espacios y del viario público ocupado por las obras del suburbano, que constituye una de las prioridades de la Consejería.

Según la información aportada por la Consejería de Fomento, desde el momento en que se liberó la glorieta, se puso en marcha un proceso de negociación con el Ayuntamiento para consensuar diseño de la urbanización del entorno, que mejorará la imagen e integración urbana. Una de las particularidades de la actuación final es que va a incluir la instalación de una fuente ornamental en la glorieta de la Plaza de la Solidaridad (la primera opción manejada era una inspirada en una obra de Picasso, pero el tema está abierto), así como el acondicionamiento de la parcela situada frente al edificio Araucaria, entre las calles Gabriel Celaya y Callejones del Perchel, que fue utilizada como zona de instalaciones para las obras del metro.