Málaga

El Metro llega a los 15.600 viajeros el primer día que se paga el billete

  • La cifra contrasta con los 50.000 de la jornada inaugural, en la que el trayecto fue gratuito. Los responsables del suburbano valoran el dato, pero insisten en que para saber el funcionamiento real "hay que dejar tiempo".

Día 2 de un recién nacido Metro. Si en las primeras diez horas recorriendo el subsuelo de Carretera de Cádiz, La Unión, la Avenida Juan XXIII, el bulevar Louis Pasteur y, a la luz del día, la ampliación del campus de Teatinos, fueron 50.000 los vecinos que se acercaron a verlo sin coste alguno para sus bolsillos, ayer, la obligación de hacer frente al pago del trayecto disuadió a muchos de subirse al nuevo medio de transporte. Aún así, el peso de la novedad y la pretensión de algunos usuarios de conocer el suburbano sin la masiva afluencia inicial, hizo que ayer se contasen del orden de 15.651 pasajeros.

La cifra, aportada desde Metro Málaga, responsable de la explotación comercial del ferrocarril urbano, se corresponde con los movimientos registrados entre las 06:30, cuando se inicia el servicio, y las 21:00, es decir, sin incluir las últimas dos horas del servicio. La estación con más actividad, según el desglose, fue El Perchel, con un movimiento de 4.212, seguida de La Luz-La Paz.

Para el delegado territorial de Fomento, Manuel García, el dato es "satisfactorio". Ello no esconde la necesidad de "dejar pasar el tiempo" antes de sacar conclusiones sobre el funcionamiento real del proyecto. "Hay que tener en cuenta la fecha actual; no es un dato significativo", dijo. Sin duda, más allá de la novedad, el Metro tiene ante sí una travesía complicada hasta septiembre, cuando se retome el peso de la actividad, por ejemplo, en la Ciudad de la Justicia, y hasta la apertura de las facultades de la Universidad de Málaga. De tomar como referencia esta cifra inicial, la suma anual sería de más de 5,6 millones de viajeros. Las estimaciones de la concesionaria para el primer año de servicio completo del trazado acotado hasta El Perchel son de 5 millones de pasajeros, 2,5 si se toman en consideración los seis meses que restan de 2014.

El contraste entre el día 1 y el día 2 era evidente. La saturación de los convoyes en la cita inaugural, con puntas considerables, dio paso a una imagen mucho más ligera. Algo que agradecían aquellos que ayer decidieron repetir la experiencia. "Hoy se está fresquito, pero ayer (por el miércoles) no veas", comenta uno de los viajeros que se sube a uno de los trenes en la estación La Luz-La Paz, quien, a modo de ejemplo, resume la masiva presencia de la jornada inaugural: "No se veían ni los asientos".

Entre los que repiten se encuentran tres hermanos que residen en Carretera de Cádiz. Diego Guerrero, Lorenzo Guerrero y Carmelo Guerrero. En la parte final de uno de los trenes conversan sobre el funcionamiento del proyecto, sobre sus bondades, sin ocultar mensajes críticos. Para Diego, el mayor de los tres, con 68 años, el Metro "no es necesario". "Y más con la chapuza que han hecho; esto no le sirve a nadie", sentencia. Diego, sin embargo, reconoce que tiene la firme intención de utilizarlo. "Me viene bien para ir a ver a mis nietos, que viven en El Cónsul".

A diferencia de él, sus dos hermanos defienden la utilidad del suburbano y apuntan que a los vecinos del barrio de La Luz le viene muy bien, por ejemplo, "para ir hasta el Hospital Clínico". El testimonio de muchos de los que ayer decidieron hacer uso del nuevo medio constata el efecto de atracción del centro hospitalario como uno de los principales núcleos de interés en el caso del ramal a Teatinos. Virtud extensible al Hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya), situado a unos 200 metros de la estación Carranque (también en línea 1) y al Hospital Quirón, localizado junto a la estación término del Palacio de los Deportes, última de las existentes en el ramal de Carretera de Cádiz.

En otro punto del mismo tren al que se suben los tres hermanos de La Luz, dialogan sobre este mismo fenómeno Manuel Hierro y Manuel Vázquez. Ambos proceden del barrio del Molinillo, zona sensiblemente alejada del intercambiador de El Perchel, donde confluyen los recorridos de Carretera de Cádiz y Teatinos. A pesar de que el Metro les pilla a trasmano quisieron darse el capricho de saber cómo funciona. "Hemos venido a pasearnos", comentan.

"Quién nos iba a decir hace veinte años que íbamos a estar subidos al Metro en Málaga", explican. Manuel cuenta que de joven, en Barcelona, se quedó sorprendido al ver el suburbano, "con aquellas escaleras eléctricas". La duda que verbaliza, coincidiendo con el testimonio de su compañero de viaje, es la que muchos tienen: a quién va a servir el Metro, al menos en esta primera fase. "A mí me viene mejor coger el autobús", expresa, al tiempo que destaca que a los propios estudiantes del Molinillo o el Centro les sale mejor usar el bus para ir a la Universidad, al menos hasta que el Metro llegue hasta la Alameda Principal. Pero a pesar de estos interrogantes, los dos tienen claro lo positivo de contar con el Metro. "Todo lo que sea progreso es positivo". Y el Metro, a pesar de los muchos millones de euros ya invertidos en una infraestructura inacabada, es sinónimo de progreso.

En el interior del intercambiador de El Perchel uno de los trabajadores dedicado a informar a los usuarios y a solventar sus dudas destacaba la normalidad con la que, al menos hasta el mediodía, discurría la jornada. "Se ve que la gente tiene una soltura tremenda y eso sorprende porque todo lo nuevo puede ejercer de barrera al inicio", explicaba. En la oficina de información, una de las empleadas admitía la presencia masiva de viajeros preguntando dudas. ¿Sobre qué? "Sobre lo mismo que venimos informando hace dos semanas", comentaba.

"Hay gente que pasa la tarjeta dos veces, otros que no saben que tienen que pasarla para salir de la estación, otros que pregunta dónde se coge el tren...". Mientras se dan estas explicaciones, uno de los pasajeros accede a la sala para lanzar la pregunta del millón. "¿Cuándo llegará al Centro; me vendría muy bien porque trabajo en la Alameda de Colón". Este vecino tendrá que esperar, como poco hasta finales de 2017. Y eso siempre que se cumplan las previsiones que hoy maneja la Junta de Andalucía. Antes, se calcula que a finales de 2016, tendrá la posibilidad de tomar el Metro en la estación Guadalmedina. Esa que estará situada junto a El Corte Inglés. Mientras eso ocurre, el mayor proyecto en la historia reciente de la ciudad tiene un reto importante: convertirse en un actor activo en la movilidad.

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