Lejos de los tiempos en los que todas las administraciones públicas parecían coincidir en allanar el camino para la construcción del hotel del puerto, la iniciativa se empieza a topar con los primeros imprevistos y dudas. En la recta final de la tramitación del ajuste urbanístico necesario para hacer factible su materialización, la aparición del Ministerio de Cultura y su decisión de estudiar los posibles impactos que tendría sobre el paisaje de la capital siembra interrogantes relevantes en el futuro de la operación.

A la espera de nuevos acontecimientos y de conocer en detalle el pronunciamiento final del organismo ministerial, expertos consultados por este periódico coincidieron en señalar que cuando el ministerio da el paso y abre el citado expediente es porque "ve que puede haber un impacto no aceptable".

"Lo ocurrido da imagen de sensatez y eso no es gratuito", añadieron las fuentes, recordando la posición que, por el contrario, mantuvo la Consejería de Cultura años atrás. Cabe recordar que el departamento autonómico eludió entrar a considerar la posible incidencia sobre el patrimonio de la ciudad al estar muy alejado del Centro histórico, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

Sobre ello, las fuentes insistieron en que el Estado suele ser muy cauteloso a la hora de abrir procesos como el actual, debido al reparto de competencias relativas al patrimonio. Hay que recordar que Cultura remarca que actúa en el marco de sus competencias, "a la vista de los riesgos que para el paisaje de la ciudad pueden presentar las construcciones y ante la eventualidad de que se produzca un supuesto de expoliación de los bienes del Patrimonio Histórico Español".

"Estas construcciones estarán próximas al centro histórico de la ciudad y en la primera línea del puerto junto al mar", añadía el ministerio en un comunicado el pasado martes, en el que apostillaba que las características de estas edificaciones "podrían provocar un impacto negativo en el paisaje urbano, histórico y natural de la ciudad de Málaga, vulnerando las especificaciones establecidas en el Convenio Europeo del Paisaje de Florencia, de 2000, ratificado por España".

Las reacciones sobre el paso dado por el Gobierno se sucedieron ayer. A destacar las de las dos instituciones que en los últimos años vienen amparando y avalando el proyecto hotelero, promovido por un fondo inversor catarí. "Nos ha pillado por sorpresa porque no teníamos constancia de ningún expediente", dijo el presidente del Puerto, Carlos Rubio, al ser preguntado. "Me sorprende mucho que una administración pública actué a través de una nota de prensa en lugar de dirigirse a las administraciones implicadas en este caso el Puerto y el Ayuntamiento", añadió.

Rubio también mostró su sorpresa por el hecho de que "el único enganche" que tiene Cultura desde el punto de vista de sus competencias sea el del posible "expolio". "Pero es difícil hablar de ello en un terreno ganado al mar, que se adentra un kilómetro en la lámina de agua", defendió.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, por su parte, dijo estar "encantado de que el Ministerio de Cultura quiera, atendiendo peticiones que se le han hecho, profundizar en este tema y estudiar este proyecto, muy interesante desde el punto de vista hotelero y de la ciudad". El regidor confirmó que el Ayuntamiento ofrecerá toda su colaboración al ministerio y aludió a una llamada recibida días atrás por parte del secretario general del ministerio informándole de que se iba a iniciar ese trabajo.

En la esfera de la Casona del Parque, el PSOE calificó de "lógico y acertado" que Cultura entre de lleno en este asunto, al considerar "que existe riesgo de modificación del paisaje natural". El portavoz socialista, Daniel Pérez, volvió a hacer un llamamiento al Ayuntamiento para que haga una consulta y que sean los malagueños los que "decidan sobre la idoneidad o no de esa infraestructura". Adelante mostró su "satisfacción" por la apertura del expediente para estudiar los riesgos potenciales para el paisaje y confió en que el mismo desemboque en la necesidad de protegerlo "de un proyecto tan insostenible y especulativo".

Desde el colectivo Defendamos Nuestro Horizonte, que lleva años pugnando contra este proyecto, uno de sus representantes, Juan Antonio Triviño, valoró que el movimiento del ministerio confirma que desde el Gobierno "se está viendo este tema de otra manera". "Parece que se recupera un poco la cordura en un proceso que ha sido una locura", señaló, incidiendo en la entidad que tiene que Cultura emita un estudio. "Lo que no podía ser es que se dijese que para evitar el impacto se mirase para otro lado", recordó. Al tiempo, incidió en la importancia que puede jugar en este proceso la Farola, para que ya se ha solicitado su protección como BIC.