Málaga

Muere Ferrer, el "buen guerrero" del GOA de la Policía Local de Málaga

  • El oficial, que este sábado habría cumplido 44 años, luchaba por su vida desde finales de enero tras sufrir un aneurisma cerebral

  • Tenía 12 felicitaciones del Cuerpo y era, relatan sus compañeros más cercanos, uno de los policías "más valientes, un hombre empático e incapaz de hacer daño"

El oficial del GOA Alberto Ferrer

El oficial del GOA Alberto Ferrer / Policía Local de Málaga

Han sido 18 días de agonía y zozobra, pero también de esperanza. Porque la plantilla de la Policía Local de Málaga aguardaba confiada el momento en el que se reencontraría con Alberto Ferrer, oficial del Grupo Operativo de Apoyo (GOA), la unidad de élite del Cuerpo. El agente, que el próximo sábado habría soplado 44 velas, luchaba por su vida desde la madrugada del pasado 29 de enero, cuando se le detectó un aneurisma cerebral -dilatación de una arteria o vena- que le ha terminado causando la muerte.

Su grave estado de salud ha mantenido en vilo a sus compañeros que, afanados en su recuperación, a diario difundían mensajes de ánimo a través de las redes sociales. Sabían que no era fácil. La peor de las noticias llegó esta semana al confirmar los médicos del Hospital Regional de Málaga, donde ha permanecido ingresado, que ni siquiera podía someterse a una intervención quirúrgica. 

Alberto, que esta tarde recibirá sepultura tras recibir una misa en Parcemasa, deja su uniforme cuando se cumplen ocho años desde que formara parte de una selecta formación de 44 efectivos sometidos a situaciones de máxima exigencia. Pertenecer al grupo, creado en 2018, fue para él "un sueño hecho realidad", cuenta uno de sus compañeros más cercanos. "Esta unidad era lo que él siempre quiso. Cuando entró, estaba como un niño con sus zapatos nuevos", reconoce.

Su indicativo era Tango 5. Tenía una abultada hoja de servicios y, prueba de ello, son las 12 felicitaciones que la Policía Local le otorgó como reconocimiento a distintas actuaciones que supo resolver con solidez. Porque era, subrayan otras fuentes consultadas, un “profesional con dedicación absoluta”, uno de los policías “más valientes” que tiene el Cuerpo. "Coincidíamos cuando había intervenciones complicadas en mi zona. Sabía mandar y ser compañero, siempre el primero. La Policía Local de Málaga llora a uno de sus mejores", manifiesta uno de los agentes con los que actuó.

Casi dos décadas vistiendo el uniforme 

Durante las casi dos décadas que estuvo vistiendo el uniforme -ingresó el 21 de febrero de 2001- prestó servicio en varias jefaturas, como la de Churriana, Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero. En 2019 ascendió a oficial del GOA. Padre de un niño de 8 años, "al que adoraba" y quien tiene "pasión" con él, tenía predilección por el deporte, amaba la plaza y la naturaleza, naturaleza, con la que siempre trataba de mantener el contacto. "Al trabajo venía corriendo y, cuando acababa, cogía la autocaravana con su mujer y su hijo", detallan efectivos del grupo en el que estaba destinado.

"Sabía mandar y ser compañero, siempre el primero. La Policía Local de Málaga llora a uno de sus mejores"

La pandemia del coronavirus revalidó su vertiente más solidaria, esa que ya se hacía patente cuando "compraba bocadillos a los indigentes si los veía mal". Hacia "de enlace" con voluntarios que se ofrecieron a diseñar mascarillas para repartirlas en hospitales y residencias cuando había desabastecimiento de material. "Era una muestra de su gran corazón", subraya un policía, que recuerda los días en que "fuera de su horario laboral" desinfectaba con ozono los vehículos patrulla. 

Un revuelo emocional

La Policía Local de Málaga pierde a un "hombre empático, incapaz de hacer daño". "Siempre me decía que era su héroe, un luchador. Ahora sé que él era un ángel y que nos cuidó y luchó hasta el último segundo", expresa otro efectivo del Cuerpo que hace unos años logró sobrevivir a una grave enfermedad.

Los mensajes de cariño en las redes sociales siguen sucediéndose desde que ayer se conociera la muerte del oficial, que ha provocado un revuelo emocional. "Su campo de batalla fueron las calles de Málaga, a la que siempre sirvió con orgullo y honor, con la misma profesionalidad que demostraste desde que te conocía como pulpo en la academia. Te has ido y nos quedamos con la respiración cortada, pensando en que te quedaba mucho por enseñar", escribía también un policía local en su perfil de Facebook, que se preguntaba "qué batalla tiene que luchar Dios para llevarse a tan buen guerrero".

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