Málaga

Navidades confinadas, cuatro historias de unas fiestas mermadas por el Covid en Málaga

  • La explosión de contagios de la sexta ola ha provocado que centenares de personas hayan tenido que pasar las fiestas aislados o en total soledad

Lidia con sus hijos y su marido, confinados en casa por miedo al contagio.

Lidia con sus hijos y su marido, confinados en casa por miedo al contagio. / M. G.

En 47 años, esta Nochebuena ha sido la primera que Miguel Ángel ha pasado completamente solo. Sin padres, sin hijos, sin familia ni amigos. Y la primera también en la que Isabel ha cenado sobre una bandeja en su habitación, con varias paredes de separación de su marido y sus dos hijos. La explosión de casos en esta sexta ola del Covid ha hecho que cientos de malagueños vivan las Navidades confinados y enfermos.

Marta está embarazada de 20 semanas. Su hija pequeña dio positivo y se temió lo peor. No tuvo que esperar mucho para que aparecieran los síntomas. Fiebre, tos, un catarro fuerte y dolor muscular. Su marido cayó de forma simultánea. En el Hospital Materno le hicieron el test y confirmaron el contagio. Una placa de tórax, analítica y una ecografía descartaron problemas mayores y volvió a casa para pasar la Navidad encerrada, enferma y preocupada.

La logística familiar se complicó bastante. Su madre le llevó comida a la puerta de casa y, después de pasar los días de mayor malestar, pudieron hacer compras on line. Su hija le sigue preguntando a diario si pueden salir al parque, a montar en bici. Eso es, quizás, lo que peor llevan.

“No he comprado todavía los regalos de Reyes y es una de mis partes favoritas de la Navidad, pero bueno, este año nos ha tocado así”, comenta Marta. Lo que sí tiene claro es que hasta que no nazca el bebé en mayo se va a cuidar todo lo posible.

Miguel Ángel tenía que dar una formación el 17 de diciembre. Le dolía la cabeza y, por precaución, se hizo un test de antígenos que salió negativo. Sin embargo, cuando terminó un almuerzo de grupo la fiebre le subió como la espuma. Llegó a 39,5º. A la mañana siguiente aparecieron las dos rayas en la prueba.

Miguel Ángel tele trabaja desde casa. Miguel Ángel tele trabaja desde casa.

Miguel Ángel tele trabaja desde casa. / M. G.

“El día 18 me di de alta como positivo por auto diagnóstico en Salud Responde, se suponía que en 48 o 72 horas me contactaban y 12 días después aún estoy esperando”, lamenta. También sacó una cita con su médico de cabecera, para tramitar al menos la baja. Pero tendrá que esperar hasta el 5 de enero.

“He estado confinado totalmente solo, ha sido la primera Nochebuena de mi vida sin nadie”, explica. Hizo videollamada con sus hijos y con sus padres, vio una serie y comió lo que la familia le llevó a su puerta. “Los cuatro primeros días me sentí bastante mal, tenía un tos muy cogida al pecho, pensé que podía ir a más”, recuerda y apunta que también perdió el gusto y el olfato durante un par de días. Tampoco nadie hizo rastreo de su caso. Él fue el que avisó a todas las personas con las que comió ese día. Uno de ellos dio positivo.

Varias amigas de Isabel se contagiaron. “Me levanté con dolor de cabeza, tos y mocos y conseguí un test y me salió positivo al instante”, afirma. El resto de la casa se libró del virus, así que a Isabel le tocó aislarse en su habitación.

“Esto fue el 23 de diciembre, con las maletas preparadas para irnos a Córdoba, donde tenemos a toda la familia, eso fue un drama”, dice y se queja del “abandono” de la sanidad pública. “Ni me han llamado, nada”, apunta.

Isabel, aislada en su habitación. Isabel, aislada en su habitación.

Isabel, aislada en su habitación. / M. G.

En Nochebuena comió aislada del resto. “Desde el salón me hicieron una videollamada”, apunta. Para Isabel, lo peor de todo ha sido el “contacto cero” con los suyos. También los síntomas. “Los primeros días fue como una gripe fuerte, con dolor muscular, congestión, y el resto es como vivir en una resaca constante, echa polvo”.

Lidia tiene dos gemelos de dos meses que nacieron prematuros y su temor a que puedan contagiarse les ha llevado a un auto confinamiento. “Estuvimos en una reunión y tuvimos noticias de algunos positivos”, indica. Así que desde el pasado 20 de diciembre no salen a la calle, ni ella ni los bebés.

“Me da un miedo terrible, la pediatra me dijo que tuviera muchísimo cuidado con ellos, al ser tan pequeños y prematuros, un simple resfriado los podría llevar al hospital, hasta me pongo mascarilla para darles el pecho”, señala Lidia.

Así que hablaron con la familia y decidieron pasar las fiestas en casa, los cinco, con su hija de cuatro años. La Nochevieja y el Año Nuevo también lo van a celebrar solos. “Es durillo, pero otros años vendrán mejores, todo sea por el bien de ellos y las personas más vulnerables de la familia”.

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