El Obispado de Málaga precisó casi 3 millones de euros en créditos

La Diócesis de Málaga y Melilla aumenta la partida de sus obras asistenciales y conservación de edificios pese a recibir menos recursos por la vía ordinaria. Esta situación obligó a la Iglesia a solicitar en 2015 casi 3 millones de euros en préstamos con los que afrontar dichos gastos. El equipo económico del Obispado presentó ayer sus cuentas correspondientes al pasado año, con un presupuesto cifrado en 18,8 millones de euros, medio millón más que en 2014.

La presentación del informe de las cuentas episcopales coincide con la celebración, el próximo 13 de noviembre, del día de la Iglesia Diocesana, que sirve de balance a la actividad pastoral, evangelizadora y caritativa. A través de Cáritas se atendió el año pasado a 27.650 personas, además de otras 1.277 con las que se colabora de manera indirecta para lo que se dispuso un total de 2.980.942 euros. Esta cifra aumenta en 500.000 euros la gastada en 2014 para este menester.

Por otra parte, el aumento de las partidas en conservación de los inmuebles que posee el Obispado, entre los que se incluyen 251 parroquias de la provincia y la ciudad autónoma de Melilla provocó el aumento de 745.132 euros con respecto a 2014, invirtiéndose más de 3,6 millones de euros principalmente en reparaciones menores, gastos financieros y suministros y servicios externos.

Esta situación obligó a la Diócesis a solicitar créditos por valor de 2,85 millones de euros, un 74 por ciento más que en el año anterior. El motivo viene motivado por diversos descensos en sus principales ingresos ordinarios provenientes de las aportaciones voluntarias de los fieles y la asignación tributaria del Fondo Común Interdiocesano que recibe sus recursos de la asignación de la campaña de la Renta.

Según el nuevo Ecónomo episcopal, Guillermo Tejero, "esta necesidad de financiación varía cada año", rebajando la importancia del aumento de la partida solicitada. La asignación tributaria apenas se reduce en 8.144 euros entre un presupuesto y otro, si bien las aportaciones de los fieles sufren un descenso de más de 600.000 euros, especialmente en donaciones particulares y las colectas para Instituciones de la Iglesia. El cepillo parroquial, sin embargo, crece en casi 50.000 euros.

Todos estos datos contrastan con la necesidad de mantener los inmuebles tras la campaña pro-templos promovida por el Obispado desde el año 2015: "Descubrimos que uno de los mayores problemas que tenían las iglesias se encontraba en las cubiertas, especialmente en las de la Serranía por las condiciones climatológicas que soportan". Por ello, los programas de rehabilitación de templos dispusieron de una partida económica superior a 3,5 millones de euros.