El Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) ha dado un paso más para llevar a cabo su última ampliación, que supondrá la ocupación de un terreno anexo de 600.000 metros cuadrados de los cuales 150.000 metros serán edificables. Los dirigentes de la tecnópolis malagueña han presentado al Ayuntamiento de Málaga el plan parcial de este territorio en el que se contempla, como principal novedad, que se han reservado 60.000 metros cuadrados para una zona de movilidad, es decir, el terreno al que llegarían el Metro y el Cercanías –en el caso en el que se apostase definitivamente por estas dos infraestructuras– y donde también habría paradas de autobuses. De hecho, se contempla además una conexión con la Universidad de Málaga mediante un carril bici para que se pueda ir de lugar a otro en bicicleta, patinetes, etcétera. “Este plan está totalmente ligado a resolver el problema de la movilidad actual y futuro”, explica Felipe Romera, director general del PTA.

Los terrenos de esta ampliación estaban calificados urbanísticamente de tal forma que solo se necesita el plan parcial para poder empezar a trabajar. Dicho de otra forma, el plan parcial es el PGOU de la zona en la que se define qué se puede hacer en cada lugar. No obstante, eso no quiere decir que el proceso vaya a ser rápido ya que la tramitación urbanística es larga, hay que hacer informes sectoriales y, cuando toda la burocracia esté finalizada, habría que licitar las obras para la urbanización y, posteriormente, para la construcción de los edificios. La presentación del plan parcial es un paso fundamental, pero aún pueden quedar unos años hasta que se mueva la primera piedra.

Tampoco hay una prisa excesiva por dos motivos. El primero es que ya hay una nueva zona de ampliación totalmente urbanizada en la que queda aún bastante hueco libre por cubrir. La sociedad que gestiona el PTA está levantando con fondos propios un edificio de 6.000 metros cuadrados que podría ser inaugurado a finales de este año y tiene disponibles otros 14.000 metros cuadrados para la realización de dos edificios más, aunque se está a la espera de captar inversores privados. El segundo motivo es que tampoco se puede actuar mientras que no se garantice que se va a poder acceder sin problema, pues se estima que en el PTA podrán llegar a trabajar hasta 50.000 personas.

En el plan parcial se contempla destinar a viviendas hasta un máximo del 15% de la edificabilidad, unos 22.500 metros cuadrados, ya que uno de los retos del PTA es convertir a la tecnópolis en una especie de ciudad en la que se pueda trabajar y vivir, con vistas principalmente a los múltiples empleados de otros puntos de España y del mundo que llegan al parque. Se quiere construir edificios de viviendas en alquiler para los trabajadores y se están buscando inversores que pudieran estar interesados. También se han pintado zonas de equipamiento deportivo, social, cultural y de servicios.

El futuro modelo del parque tecnológico estará muy orientado a la captación de empresas relacionadas con la digitalización y con la cuarta revolución industrial. Este tipo de compañías prefieren trabajar en edificios de oficinas compartidas en lugar de construir unos propios, que es el modelo que se ha desarrollado en los últimos 20 años. Se entiende que en la zona de la ampliación se asentarán esas empresas de corte más tecnológico y en el parque actual se apostará más por las industrias que necesitan naves de mayor tamaño para poder trabajar.

El PTA presentará en las próximas semanas los datos correspondientes al ejercicio 2018. Se espera que se alcancen los 20.000 empleados pues el 2017 cerró con cerca de 19.000 trabajadores y crecen a razón de un millar anual. En la tecnópolis hay unas 635 empresas que facturan casi 2.000 millones de euros.