El Parque Tecnológico de Andalucía, situado en Málaga, cumple 30 años desde su constitución como sociedad, tres décadas en la que se ha consolidado como referente de innovación y emprendimiento tanto a nivel nacional como internacional y con nuevos retos ante la pandemia global del coronavirus COVID-19.

De un capital social de 240.000 euros hace 30 años se ha pasado a 38,9 millones de euros. Actualmente, el PTA tiene un patrimonio neto de 65,3 millones de euros y 646 empresas instaladas que facturan anualmente una cantidad superior a los 2.000 millones de euros.

La tecnópolis malagueña da empleo a casi 20.000 trabajadores y el 34 por ciento del empleo lo generan las empresas extranjeras, lo que confirma su carácter internacional, según han indicado desde el PTA en un comunicado.

Corría el año 1990 cuando el Parque Tecnológico de Andalucía inició su andadura en Málaga. El 20 de abril de ese año, se constituyó la sociedad gestora del parque. Dos años más tarde, como recinto de empresas tecnológicas, fue inaugurado en una ubicación estratégica del Valle del Guadalhorce.

Desde sus orígenes el PTA, en cuyo accionariado participaron la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga, aunque más tarde se incorporaron Unicaja y la Universidad de Málaga; tuvo por objeto social la captación y asentamiento de empresas y entidades de investigación, innovación y producción singular de tecnología aplicada.

La constitución del Parque Tecnológico de Andalucía como una sociedad anónima adscrita al sector público ha contribuido a conferirle desde siempre "un papel estratégico en el desarrollo de la región, destacando entre sus objetivos el afán por crear un ecosistema de innovación propicio que ayudase a impulsar y modernizar el tejido empresarial de Andalucía".

La situación provocada por la crisis sanitaria del coronavirus supone nuevos desafíos en todos los ámbitos de la sociedad, evidentemente también en el empresarial. En este sentido, desde la tecnópolis han subrayado que las empresas de sus instalaciones "están demostrando una importantísima capacidad de adaptación, así como una utilidad social y un nivel tecnológico que las convierten en referentes de la búsqueda de soluciones para afrontar la pandemia y sus efectos".