Usuarios de la piscina de hidroterapia que da rehabilitación a distintos pacientes y funciona en el Hospital Civil han denunciado el recorte que ha sufrido esta oferta asistencial en los últimos meses. De hecho, apuntaron que enfermos que tenían cinco sesiones semanales y durante medio año, ahora reciben tres por semana y sólo por un trimestre. Antonio González padece espondilitis anquilosante, una patología que va soldando sus huesos de modo que pierde capacidad de articularse y se entumece. Su columna es un bloque, no es flexible. Durante casi 20 años ha empezado rehabilitación con los primeros fríos, cuando su dolencia empeora. Pero este año, le dieron terapia para el 18 de enero. "Con los ejercicios se me ha parado la enfermedad casi sin medicamentos. Ahora tengo que tomar antiflamatorios para los dolores", dice. En octubre puso una reclamación, pero no se apuntó para empezar en enero. Reconoce que por eso quedó fuera de lista de espera. "Pensé que con la reclamación se agilizaría. Ahora tendré que esperar hasta otoño", dice.

Enrique Piña padece la misma enfermedad y aunque reclamó, se puso a la cola. Acaba de empezar la rehabilitación, pero también denuncia el recorte en la oferta asistencial. "A algunos se la han bajado a la mitad y a otros, tres veces menos", afirman. El hospital, en la respuesta a la reclamación de González, apuntó que desde hacía casi 17 años la piscina era usada "casi en exclusiva" por un grupo de pacientes crónicos que impedían el acceso de otros enfermos con otras patologías. Por ello, el centro sanitario sostuvo que se modificó la organización del área de hidroterapia para mejorar la accesibilidad de "todos" los pacientes. En la respuesta, el hospital recuerda que a esos pacientes crónicos se les recomendó "el uso discrecional de otras piscinas en Málaga no pertenecientes al SAS dado que conocen a la perfección los ejercicios que deben realizar en el agua".

Pero González apunta que "ni pagando" tiene esa opción porque no hay en Málaga otra piscina con el agua a 37 grados, que es la temperatura que se necesita para tratar su patología. Según ambos pacientes, se han presentado una treintena de reclamaciones. Piña argumenta que con la hidroterapia no necesitan prácticamente fármacos. "Le ahorramos dinero al sistema sanitario porque no tomamos ningún medicamento. Si hago rehabilitación seis o siete meses al año, estoy bien. Pero este año que he empezado en enero, estoy hecho polvo", asegura.

Sandra González, la hija de Antonio, tercia: "En la respuesta de la reclamación nos vienen a decir que nos busquemos la vida pagando. ¿Pero dónde, si no hay piscinas con esas características en Málaga? ¿Y además, el que no pueda pagarlo que hace?" Y concluye: "El problema es que falta personal".

La piscina por la tarde está conveniada con una fundación y la asistencia la dan sus rehabilitadores de esta organización. Fuentes sindicales apuntaron que la labor de esta entidad incluso quita listas de esperas al SAS porque de lo contrario las instalaciones en horario vespertino estarían vacías.

Ante la consulta de este periódico, el Carlos Haya, del que depende la piscina, apuntó que hace año y medio se reorganizó la hidroterapia siguiendo recomendaciones clínicas y científicas y se amplió el abanico de pacientes candidatos a utilizarla "para favorecer el acceso de todos". El centro hospitalario precisó que las instalaciones están enfocadas especialmente a enfermos agudos o crónicos durante procesos agudos. Fuentes sanitarias indicaron además que existe una piscina privada en la capital que tiene el agua a la temperatura requerida por los espondilíticos.

La presidenta de la Asociación de Espondilíticos de Málaga, Ruth Gómez, por su parte, aseguró que a esa organización no ha llegado "ninguna queja" de sus miembros por el uso de la piscina.