Pedregalejo pierde otro chiringuito histórico con el cierre de El Cabra
Fue fundado en el año 1965 y sus dueñas se jubilan
"Es la hora de descansar", afirman
Pedregalejo pierde otro de sus chiringuitos históricos pues El Cabra ha cerrado definitivamente sus puertas tras más de medio siglo de historia. Fue fundado en 1965 por Manuel Cabra Ávila, y sus actuales propietarias dejan el negocio por jubilación. No les gusta salir en los medios de comunicación y prefieren pasar desapercibidas aunque una de las dueñas, Pepi, explicó ayer a este diario que ponían fin a esta aventura porque se jubilaban. "Llevamos trabajando aquí desde los 8 años y ya ha llegado la hora de descansar", comentó con el pellizco aún cogido en el estómago porque, tras tantos años regentando el negocio familiar, se ponga punto y final. "Nos da pena pero hay que descansar", añadió.
Este restaurante se ha caracterizado por el pescaíto frito, los espetos de sardinas y los mariscos y durante todo este tiempo ha combinado las mesas exteriores con un amplio salón interior para el invierno. "Desde hace muchos años, las mariscadas de El Cabra, han sido un atractivo más de nuestra capital, para muchas de las personas que venían a Málaga y un lujo deseado y celebrado para los autóctonos", reza el establecimiento en su página web, que sigue operativa aunque lógicamente ya no se podrán hacer reservas. Por sus instalaciones han pasado en el último medio siglo numerosos personajes conocidos, que podían disfrutar del pescado y el marisco a pie de playa, algo a lo que los malagueños están acostumbrados pero que para los foráneos es una gran experiencia.
El cierre de El Cabra se suma al de otro establecimiento emblemático, El Lirio, que cesó su actividad en marzo del año pasado por causas similares. El Lirio había sido fundado hacía casi 90 años en la playa de Pedregalejo y dio trabajo a tres generaciones. Francis y Pepi Galdeano fueron las últimas en regentar el negocio. "Va a ser un día muy duro para nosotras. No se lo hemos querido decir ni a los clientes para que no se lleven un mal rato, pero ya nos merecemos un descanso después de 50 años trabajando", señalaba emocionada Francis Galdeano el 4 de marzo del año pasado tras echar por última vez el cierre del restaurante. Este diario se puso en contacto ayer con ella y, aunque aseguró encontrarse "en la gloria" con la jubilación con su habitual gracejo, también reconoció que echa mucho de menos freír boquerones en la cocina de El Lirio donde ha pasado toda su vida y desde donde sirvió a Felipe González, José María Aznar, o los herederos de Picasso.
El Lirio y El Cabra ya son historia de la hostelería malagueña y su desaparición coincide justamente con el resurgir de los chiringuitos en la provincia, que prevén invertir unos 150 millones de euros este invierno para modernizarse por completo. Muchos chiringuitos ya han obtenido, tras 11 años de trámites burocráticos y desencuentros con las administraciones, la concesión para poder seguir con el establecimiento durante 15 años más con otros 15 prorrogables, lo que les permite acometer inversiones con mayor tranquilidad. Los que no tienen la concesión esperan conseguirla este año. Van a cambiar el mobiliario, poner fachadas con más cristaleras e incluir nuevas tecnologías. En Mijas incluso van a seguir el estilo del cortijo andaluz.
El tradicional 'pescaíto', menos protagonista
Pedregalejo ha sido tradicionalmente un barrio de pescadores y durante décadas los malagueños y los turistas han acudido a esta zona de la capital para comer pescaíto y marisco. Sin embargo, los chiringuitos están perdiendo cada vez más protagonismo y por el paseo marítimo surgen como setas hamburgueserías y coctelerías, muy del gusto de las nuevas generaciones. De hecho, donde estaba El Lirio ahora hay un cadena especializada en hamburguesas. Entre los chiringuitos quedan, entre otros, Los Cuñaos, Miguelito El Cariñoso, Hermanos Muñoz, Rompeolas, Las Acacias o Las Palmeras.
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