La plaza de la Merced vuelve a ser un punto de reunión para beber en la calle. Por segundo fin de semana consecutivo se han detectado concentraciones de personas consumiendo alcohol en las inmediaciones del enclave, aunque vecinos del Centro denuncian que en agosto ya hubo encuentros similares. En esta última ocasión, que tuvo lugar el sábado por la noche, la Policía Local de Málaga acabó disolviendo el botellón, pero ninguno de los participantes que se encontraban allí fueron sancionados. Así lo confirmaron ayer fuentes municipales, que precisaron que las denuncias habrían procedido solo en caso de que los congregantes hubieran sido “reincidentes”.

Los agentes comprobaron que había un “exceso de concentración de jóvenes”. La actuación , en la que participaron además de los efectivos locales voluntarios de Protección Civil, se produjo solo dos días después de que acabaran las restricciones de aforo y de horario en bares, restaurantes, comercios y otros negocios en toda la provincia de Málaga tras pasar el distrito sanitario Costa del Sol a nivel 0. Y es esta relajación de las medidas lo que inquieta a los vecinos del Centro que han sido consultados por este periódico. “Nos preocupa porque hay muchas quejas por gente bebiendo en la calle. El botellón es un efecto colateral del ocio nocturno que se concentra en el Centro”, aseveró a este periódico Alejandro Villén, portavoz de la asociación de vecinos Centro Histórico de Málaga, al tiempo que insistió en los “problemas” que genera este modelo “en una zona residencial”, donde “no es compatible”.

"Harta de gritos y escándalos"

Una vecina que fue testigo del último botellón celebrado en La Merced asegura que informó de lo ocurrido al concejal de Seguridad, Avelino Barrionuevo. Hacia las 00:25, la concentración ya había sido disuelta. “Estoy harta de gritos y escándalos. El Centro es peor de lo que se habla; he visto el deterioro”, critica la mujer. Según su testimonio, los residentes denuncian la “falta de control” y reivindican una mayor “presencia policial con una actitud tajante”. Por su parte, desde el Ayuntamiento resaltaron que “no se ha rebajado el refuerzo de la vigilancia”, y que se debe tener en cuenta –apostillaron– que, a diferencia de años anteriores, se ha incrementado la población flotante. “Hay más ambiente y movimiento después de meses de absoluta tranquilidad”, señalaron las mismas fuentes. La previsión es que, de cara a los próximos fines de semana, se continúe reforzando la vigilancia y seguridad en las calles del Centro.

El secretario del colectivo vecinal, que teme que se recupere la moda del cubalitro en la calle, recalca que la zona de Mitjana sigue ocasionando ruido. Los jóvenes que solían reunirse en ella, explica, ahora se han trasladado a calles aledañas, “con mucha marcha nocturna”, y a otros puntos como Carretería y calle Nosquera. “Antes había poca ocupación y ya los bares de allí tienen mucho éxito, con gente bebiendo fuera”, destacó Villén.