"Prefiero poner a la sombra a mi caballo, aunque gane menos"
Antonio Olmedo lleva cuarenta años subido a un carro de caballos. Su oficio está inevitablemente unido al calor ya que el trabajo de cochero comienza cuando llegan los turistas y su temporada alta también llega en verano. Él sabe lo que es sufrir los efectos de las altas temperaturas ya que recorre todos los días el centro de la ciudad a pleno sol.
-Su trabajo al mando de un coche de caballos hace que esté todo el día al sol, ¿cómo se lleva eso durante tantos años?
-Pues en este oficio no hay más remedio que aguantarlo, pero intento buscar sombras siempre que puedo. Durante el trayecto con algún cliente suelo buscar zonas en las que los rayos del sol no den de lleno y cuando me detengo en las paradas, si toca una a la sombra mejor, pero casi todas están al sol.
-¿Y en el día a día cómo se cuidas cuando no hay más remedio que estar un largo tiempo bajo los efectos del calor?
-Pues sobre todo bebo mucha Coca-cola y mucha agua. También llevo un gorro para protegerme la cabeza porque hay trayectos como el del paseo marítimo o el de la zona de la Farola que son todo el rato al sol y es la única manera de sobrellevarlo. Cuando estaciono en alguna parada me siento un rato bajo un árbol porque no tenemos sombrillas para nosotros y sólo hay una parada a la sombra de todas las del centro.
-Su caballo es su compañero de trabajo, ¿nota mucho los efectos del calor?
-Sí que le afecta mucho y además si está mucho tiempo al sol puede enfermar. Por eso siempre que puedo lo pongo a la sombra. La única parada que no está a pleno sol es de la Plaza de la Marina, pero es también a la que menos clientes acuden. Yo suelo pararme allí aunque gane menos al día porque así tengo al animal un rato a la sombra. Es una lastima que esté todo el día así.
-¿Y a él cómo lo protege?
-En todas las paradas tenemos fuentes con agua y le doy de beber al caballo y lo refresco cada cierto tiempo echándole agua por encima. Siempre que volvemos de algún trayecto el animal está muy sediento y me pide de beber. Luego hay otras veces que no quiere pero tiene que hacerlo porque el sol le afecta.
-¿Le aplica algún tipo de protección solar?
-No, nada más que agua. Lo que sí que le echo es un spray antimosquitos porque al pobre también lo martirizan.
-¿Le gusta su trabajo a pesar de las altas temperaturas?
-Sí, es lo que hay. Llevo haciéndolo toda mi vida y este trabajo es con sombra cuando hay sombra y con sol cuando hay sol. El secreto es buscar sombra siempre que puedas porque hasta que atardece el calor es de justicia.
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