La manifestación contra la amnistía de este domingo no acabó en el Centre Pompidou. Parte del grupo, tras el término del acto oficial, promovido por el PP, no quiso irse a casa o a cualquier otro sitio y puso rumbo a la agrupación provincial del PSOE del Centro Histórico de Málaga, en la calle Ollerías, para continuar allí su acción reivindicativa, acudiendo al llamamiento emitido por Vox. 

Durante el recorrido hacia la sede, los manifestantes, portadores de enseñas de España y carteles contra el Gobierno de Sánchez (también se dejo ver alguna bandera de Borgoña, de Europa y de la Guardia Civil), fueron acaparando todas las miradas de los desconocedores de la marcha, mientras ésta paraba de cuando en cuando para lanzar sus proclamas. Pero también por la longitud de la comitiva, que ocupaba varias calles a lo largo. En ese transcurso, puedieron leerse carteles como "Gobierno gánster" y  "Sánchez, dictadura, corrupción, violencia". 

La acción más sonada, sin embargo, fue la que tuvo lugar frente a la propia agrupación, donde los manifestantes se instalaron a ritmo de batucada y expelieron consignas, algunas megáfono en mano, como "socialista el que no bote", "España es una y no 51" o peticiones a una nueva cita electoral. Uno de los manifestantes, durante el transcurso de la protesta, colgó una bandera de España en la puerta de la agrupación, con la que algunos acabaron inmortalizándose. 

No obstante, no es la primera movilización que se produce en el emplazamiento, puesto que vienen produciéndose desde este lunes cuando, también a petición de Vox, un grupo de manifestantes se trasladó hasta allí 

Cuelgan una bandera con los colores de España en la puerta de la agrupación del PSOE del Centro de Málaga

Por su parte, la celebrada este domingo a petición del PP en el Centro Pompidou, esta vez sí que sí, congregó a una cantidad de público nada desdeñable (unas 52.000 personas según la organización y 30 según la Policía Nacional), alrededor del Cubo, que se tornó en un mar de banderas españolas y europeas, e incluso acabó por desbordarse hacia los lados. Todo, un domingo por la mañana en noviembre. Aunque, es de justicia reconocerlo, lució primaveral. Se daban, pues, las condiciones para desplazarse hasta la zona centro de la ciudad y mostrar repulsa hacia la acción gubernamental.

Acto que se materializó mediante cánticos con gritos que clamaban contra el pacto con Junts y, genéricamente, contra la situación política actual. Sirvan como ejemplo  gritos como "Puigdemont, a prisión" o "España, unida, jamás será vencida" se hicieron audibles por encima de la música dispuesta por la organización.